Vasylev, vicepresidente y director ejecutivo del Mónaco, un ruso inteligente y abierto que habla español, inglés y francés, no quiere traspasar a Mbappé al mayor enemigo, el PSG, un club con el que no se lleva bien. Los rusos, con Rubolovlev al frente del Mónaco y Vasylev como mano derecha, no se hablan con los qataríes que manejan el París Saint Germain, que citaron a escondidas al padre de Mbappé un fin de semana para convencerle del traspaso y después filtraron la reunión a la prensa francesa para hacer daño y crear dudas en el seno de la entidad monegasca. Hay mucha rivalidad y nada de feeling. El joven futbolista quiere jugar en el Real Madrid y el director ejecutivo del equipo, que conoce bien a Florentino Pérez, desea que su estrella continúe un año en el Mónaco, que obtenga otra temporada de continuidad en su crecimiento futbolístico, que triunfe en el Mundial de Rusia y que entonces sea traspasado al Real Madrid. Es la operación que interesa también al club español.
El campeón de Europa tiene ahora mismo todos los puestos ocupados de su delantera y prefiere que Kylian Mbappé venga el año próximo. La proyección planificada a un año implica a Morata. El Real Madrid quiere que el canterano Morata siga al menos durante un año más y en 2018 le dejará mayor margen si aún anhela marcharse, porque vendría el atacante galo. Y si el madrileño prefiere seguir después, con Mbappé como nuevo compañero, perfecto.
El muchacho francés sí sabe, no contesta. Su padre quiere traspasarlo al PSG porque le paga once millones netos anuales, pero es el máximo rival del Mónaco. El chico, 18 años, ha elegido el Real Madrid. La casa blanca vislumbra en el joven jugador un posible estandarte de futuro.
Claro objeto de deseo, Kylian, como le llaman sus compañeros, ha aceptado quedarse una temporada más en Mónaco para venir dentro de un año. Veremos si al final es así, o si una oferta tentadora de otro sitio cambiaría la situación. El chaval ha comprado un apartamento en Montecarlo como señal de su continuidad.
Lo que el Mónaco no ha admitido es ejecutar ahora un traspaso diferido al Real Madrid, con un año de carencia y con precio fijo. Prefiere llevarlo a cabo el próximo año y cotizar al alza su coste según el rendimiento de Mbappé en la campaña y en el Mundial.