ABC
Suscríbete
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizMi ABCABC
Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Los jugadores siempre se enfadarán con Benítez

Tomás González-Martínel

Benzema se enoja porque el entrenador del Real Madrid le quita cuando marca dos goles en San Mamés, cuando consigue uno en el derbi y cuando no hace ninguno, como sucedió frente al Malmoe y el Málaga. Pues Karim y todos los jugadores se continuarán molestando con Benítez toda la temporada. Porque es su forma de trabajar. Su estilo. Su famoso método. El técnico cambia de mimbres en los segundos tiempos para dar aire fresco al equipo, inyectar velocidad y otorgar oportunidades a otros futbolistas. Lo hizo en el Valencia, en el Liverpool, en el Inter, en el Nápoles y ahora en el Real Madrid. Contemos la historia de Torres en el conjunto inglés como paradigma de trabajo del entrenador a lo largo de una campaña.

Fernando Torres fue fichado por Benítez para triunfar en el Liverpool. Y lo hizo. Sin embargo, no todo fue un camino de rosas para el jugador. Benítez le daba un partido completo y luego le dejaba otro sin jugar. O le cambiaba. El delantero madrileño se enfadaba con su jefe. Paisano pero profesional ante todo. No entendía el por qué. No lo hacía público, ni siquiera evidente, pero se lo decía a sus allegados. Lo reflexionaba con Antonio Sanz, su representante, que vivía junto a él en Inglaterra. La razón de esa titularidad que era anticipo de una suplencia tenía un argumento claro, ajeno al rendimiento del futbolista: reparto de esfuerzos entre sus cuatro delanteros. Quería que todos sus pupilos tuvieran ritmo de competición y se sintieran importantes. Que ninguno se viera relegado al olvido. Y si Torres se molestaba, pues mejor. Así salía con más ganas al partido siguiente para consolidar su titularidad. Era un engaño con rédito para el responsable del equipo. Y un aliciente para el resto de futbolistas, que no se sentían suplentes sin futuro.

En el Real Madrid hace lo mismo. Es un club muy diferente, con más figuras y mayor influencia mediática, pero al final aplica su filosofía. Quita a Benzema porque debe dar ocasiones a Lucas Vázquez y a Jesé. Le cambia porque a veces hace falta otro centrocampista o porque hay que dar juego a otro delantero más rápido, de otras características. Frente al Málaga, el francés no rindió a su nivel, como no lo hizo casi nadie. Ante el Malmoe se ganó por 0-2, no era para enfadarse de esa manera por ser sustituido. cristiano había marcado los dos tantos.

Si lo que molesta a Karim es que siempre le toca a él, pues es verdad. Si lo que deja entrever es por qué no releva a Cristiano, pues es cierto cuando el resultado es de goleada y está todo el pescado vendido. Pero Benítez ya le ha contestado: Ronaldo es el máximo goleador del mundo y si hace falta marcar, a quien no debe quitar es al portugués. Y si ya hay una goleada, hace una concesión con el luso para que siga en el campo y sume más dianas en su obsesión por los récords, pues los equipos grandes suelen golear en el último cuarto de hora, cuando el rival ya no aguanta más el ritmo.

Es verdad que Benítez ha fallado con las declaraciones, no tanto con el esquema. Pues en el Calderón nunca ordenó que sus hombres se echaran atrás. Lo hicieron ellos solitos. No ha estado bien al criticar públicamente a Ramos y con tanta insistencia. No debió hacerlo. El capitán le respondió el lunes con el mismo tono. Mal los dos. Lo que quiso decirle el defensa es que los trapos blancos y sucios se lavan en la cocina blanca de Valdebebas. Ya se lo dijo también a Mourinho. Tiene razón el futbolista. Pero también falla en las formas. Se lo debería haber dicho igualmente en privado, en su despacho.

Benítez sabe que su jugador estaba acertado en esa postura, no en las maneras de decirlo, y le ha pedido disculpas hablando de tú a tú. Su esquema táctico incluirá desde ahora no criticar nada en público.

Otros temas Tomás González-Martínel

Post más recientes