Cristiano Ronaldo va a ganar el lunes el segundo premio The Best, el galardón más importante del fútbol mundial, el que otorgan los profesionales del universo del fútbol por medio de la FIFA, y ya ha salido la prensa barcelonista enfermiza, que no barcelonesa, comprada con subvenciones regionales desde hace años, a decir que Messi no solo es el mejor jugador de esta época, sino que es el mejor futbolista de toda la historia.
No seré yo quien entraré en ese juego primitivo e idiota de hundir al otro para magnificar al uno, que es lo que hace la prensa azulgrana, que no barcelonesa, para intenta conseguir un imposible. Messi es un gran jugador. Más quisiera un equipo contar con Messi y Cristiano en un once. Serían la delantera perfecta, porque son complementarios. Pero los que votan no son tontos. Son profesionales muy importantes, los que más. ¿O es que el voto de capitanes de selecciones y seleccionadores de todo el orbe está equivocado? ¿Y los que tienen la razón son los periodistas comprados y maniatados de la prensa barcelonista, que no se atreven a rechistar al Barcelona ni con una mera pregunta en un rueda de prensa porque al día siguiente dejan de escribir del Barcelona? ¿Pero de qué van ustedes, señoritos del pesebre?
Los profesionales del fútbol del mundo votan a Cristiano como el mejor porque lo ha demostrado en la temporada natural que se vota. La FIFA instituye el premio The Best que valora la campaña 2016-17 y en ella el portugués fue el mejor futbolista con mucha diferencia. Ganó la Eurocopa con su país, al que llevó a la final con goles decisivos. Decidió la Champions, decidió la Liga y fue, por quinta vez consecutiva, el máximo artillero de la Copa de Europa.
Messi, sin embargo, no ganó nada y no decidió nada. Y para colmo, fracasó con Argentina una vez más, en la Copa América del Centenario. La diferencia del éxito entre Cristiano y Messi es que los equipos del luso, sean club o selección, triunfan gracias a su liderazgo, a su mando y a su eficacia cuando hay que demostrarla, en los grandes días. Leo, por el contrario, no es un líder, no sabe ser un líder y su fracaso constante con Argentina (el reciente 0-3 en Ecuador solo salva los muebles) es la prueba de una falta de jefatura. Porque con esa calidad que la albiceleste alberga desde hace una década es un pecado no haber ganado nada. Eso no lo quieren ver los barcelonistas que trabajan como periodistas en la prensa comprada y subvencionada por el nacionalismo, que utiliza el Barcelona como arma.
Cristiano es el número uno de los dos últimos años. Por eso ganó el premio The Best la campaña pasada y lo ganará el lunes. Por eso obtuvo el Balón de Oro el año pasado y volverá a ganarlo en enero. Criticarlo es ridículo. Criticar el voto de todo el planeta es de tontos. ¿Todo el mundo está equivocado menos ustedes, barcelonistas subvencionados por el nacionalismo?
Otros temas Tomás González-Martínel