Ha sido vergonzoso escuchar a Piqué decir que no quiere decir si es independentista o no es independentista, porque perdería la mitad del negocio de sus redes sociales. Y no ha dicho, pero lo pensaba en el pack, que su mujer perdería mucha más venta de la que ya ha perdido en discos.
En eso Piqué ha demostrado ser muy catalán, que la pela es la pela. Pero es penoso que Piqué no diga lo que siente, porque es él y solo él quien ha utilizado de manera burda, impresentable, su fama como futbolista para liderar un proceso político en el que no tiene ninguna autoridad. Si no fuera afamado por el fútbol, a nadie le importaría las tonterías que pueda decir un Piqué de mi vida.
Estamos cansados de ver cómo gente que obtiene fama por dar patadas o cabezazos a un balón se meten a ser autoridades políticas, sociales y económicas de hechos en los que no pitan nada y no tiene ni idea de nada. Gerard, Gerardo se llamaría doscientos kilómetros al oeste, manifiesta que puede jugar en la selección española y no sentirse español. Rápidamente, Senna y Donato, dos extranjeros que jugaron con España, le contestaron: nos sentimos españoles y para jugar con la selección debes sentirte español. No cuentes mentiras, Piqué. Tú eres la mentira.
Piqué no ha querido responder si es o no independentista. Ese es el quid de la cuestión. No manifiesta sentirse español. Juega las cartas fáciles de la baraja fácil: desea quedar bien con los nacionalistas e independentistas catalanes. Esa es la realidad. Sus mensajes, sus tuits, sus ganas de meter el dedo cuando les viene bien a los independentistas, dice muchas cosas sin decirlas. Son posicionamientos, comportamientos que hablan por sí solos. Piqué tiene que salir a decir con claridad si es español o no. Y a partir de ahí, jugar con la selección española o tener que decidir si es coherente jugar con España. Porque hay una verdad casada con estas polémicas que genera el jugador catalán: siempre crea escándalos que perjudican a la selección española y a España. Nuestro equipo nacional juega ahora dos partidos y de lo que se habla es de Piqué y sus polémicas, no de fútbol ni del equipo español. Es la pena.
Afirma el doctor en Políticas que hay que escuchar a Cataluña para entenderla. Hoy, los dirigentes catalanes han manifestado que el lunes puede declararse la independencia. Piqué afima que hay que escuchar a Cataluña y con eso se queda. Pero los jugadores de España se sienten mal, inmersos en esta polémica, acosados a preguntas. Y lo más importante: sin decir lo que en verdad sienten para no enfrentarse a Piqué y aumentar la polémica. Hay un punto de inflexión al que hemos llegado. No podemos continuar así. Piqué tiene que decidir si es español para jugar con España. Si no se siente español, por coherencia debería dejar la selección nacional. Tenemos familiares que han jugado en selecciones españoles de fútbol, voleibol y balonmano y se sienten españoles. Esa es la pregunta: ¿Piqué, tú te sientes español o no? Y la segunda pregunta es: ¿El lunes serás catalán o español? Hay que ser valiente. Si tú has abierto unilateralmente esta guerra desde hace años, debes cerrarla hablando claro. Pero no, que la pela es la pela noi.
Otros temas Tomás González-Martínel