Hay un tufillo extraño en el fútbol español desde que Simeone expuso en el verano que esta Liga sería para el Madrid, porque lleva años sin conseguirla. El entrenador que ganó el campeonato en 2014 ponía en duda el torneo. Y los comités sancionadores callados. Después llegó la sanción internacional al Barcelona, que no puede fichar hasta enero, y surgió el victimismo del mundo azulgrana. ¿Qué está pasando?
Las denuncias contra el club de la ciudad Condal por su regate fiscal en el fichaje de Neymar se sumaron para alimentar la sospecha contra el poder del Real Madrid. Se llegó a decir que Florentino Pérez había presionado a Hacienda para cazar a Neymar. Vamos, que el presidente Sandro Rosell y su pago de diez millones al padre de Neymar para que viniera al Barcelona, eran un invento de florentino Pérez. Vamos, que las denuncias del club brasileño contra Neymar por presunta violación de contrato eran también un invento de Florentino Pérez. Señores, ya está bien de demagogia barata, que es lo que resta relevancia al fútbol, pues le quita la seriedad que después los mismos le quieren dar. O somos serios siempre o el fútbol nunca lo será.
Luego vino Messi y su finta igualmente fiscal. También dijeron que el Real Madrid instigaba en ese litigio. Ahora, la justificación del menosprecio o del insulto de Mascherano al juez de línea en el partido frente al Éibar es el último capítulo de un victimismo cansino, buscando instigadores ajenos. Se quiere dar la imagen de que todo lo que el Barcelona hace no tenía intención y que todos le miran con sospecha. Se duda de los arbitrajes al Real Madrid, cuando Clos Gómez pudo expulsar también a Orellana en Vigo por lo que le dijo. Y mientras, al Barcelona le regalan goles en fuera de juego en partidos sufridos (ante el propio Éibar) y le pitan penaltis a pares. Y no pasa nada. debe ser lo normal lo políticamente correcto ¿Qué está pasando?
Mascherano, caliente, le dijo al linier del encuentro frente a los eibarreses: “La concha de tu hermana”. El árbitro puso en el acta: “La concha de tu madre”. Y el Barcelona intenta eliminar el acta arbitral por defecto de forma, además de manifestar que la frase de Mascherano es coloquial y no menosprecia. Mi hermana se llama Concha, Conceción González-Martín, conoce muy bien Argentina y decir “la concha de tu hermana” es un insulto desde la Patagonia a Mendoza, pasando por Córdoba, Corrientes, el estadio del Independiente de Avellaneda y el Teatro Nacional de Buenos Aires, donde Pasión Vega cantó como los ángeles. Por la concha de su madre que fue verdad. Y esta sí es una frase elogiosa, no la de Javier Mascherano.
Solo digo una cosa. Si la frase la dice Ramos, la prensa catalana monta una campaña y solicita cuatro partidos de castigo. ¿Qué está pasando? Y Villar, preocupado de su futuro, que es lo único que le importa. Y los árbitros, acusados y abandonados, aunque Díaz Vega les defienda como puede y les diga que pongan todo en las actas y sean duros, que no pasen ni una. El problema es que después los comités sancionadores, como Dirección de carrera con Rossi en el motociclismo, se lavan las manos y viva el espectáculo, que el escándalo vende como decía Joao Havelange, el mayor trucador de Mundiales de la historia, maestro de Blatter. Los comités del fútbol solo juzgan lo que se pone en las actas y si escuchan luego acusaciones graves de entrenadores y futbolistas, en entrevistas o en el campo grabadas por televisión, hacen oídos sordos.
Los comités deben actuar cuando Simoene pone en duda el campeonato que él ganado. Los comités deben actuar cuando Orellana le dice a Clos Gómez en Vigo, aunque no conste en acta, que su arbitraje hace pensar en favores al Real Madrid. Los comités deben actuar cuando abogados como “Jacinto” (como la denuncia es anónima no cito su apellido) afirma que hay supuestas presiones contra los linieres anónimos que deberán arbitrar, algunos, el clásico dentro de un mes. No hay denuncia de un juez de línea concreto, pero todo vale. ¿Qué está pasando?
El Madrid es líder porque ha sido el mejor. Porque lleva 21 goles a favor y solo tres en contra al cabo de nueve partidos. Porque suma seis victorias y tres empates y nadie le ha regalado nada. Porque el Betis y el Atlético, cuyo entrenador puso en duda el campeonato, pudieron ganarle dos partidos de Liga con penaltis señalados a su favor, pero un costarricense, Keylor, los detuvo. ¿Esa es la ayuda al Real Madrid?.
El único árbitro que le ha ayudado se llama Keylor Antonio Navas, un hombre que hace dos años ganaba 250.000 euros anuales en Primera y que ha sido el juez de la contienda en todos estos encuentros, ganados después con la sabiduría de Cristiano, el arte de Marcelo y el trabajo duro de Casemiro, de Lucas Vázquez, de Varane y de Jesé, sin olvidar la personalidad de Ramos, el mando de Modric y ese trabajo de Kroos que cada vez es menos oscuro.
¿Por qué no se ensalza la disciplina sacrificada que Benítez ha conseguido en el Real Madrid? Si este rendimiento con una transformación táctica la hace Luis Enrique, la baba se caería de la prensa barcelonesa. Nos mojaría. Lo hace Benítez y lo único que se dice de él es que es defensivo. ¿Por qué? ¿Porque no cae bien? ¿Por qué no filtra cositas a algunos ni hace cenas con su lobby de prensa una vez al mes, como hacía Guardiola en Barcelona?
¿Qué está pasando? ¿Por qué no se elogia al que lo hace bien en su justa medida? El Real Madrid y el Barcelona están rindiendo. Los blancos son líderes y vencen con las importantes bajas de James, Bale, Benzema, Pepe y Carvajal, además de Modric, ya recuperado. Los azulgrana, con las ausencias de Messi e Iniesta. Los blancos están jugando con suplentes y no se ensalza. ¿Por qué? Porque es el equipo rico y no puede elogiarse al rico, que provoca envidias. ¿Es eso? ¿La concha de mi hermana!
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