Hemos tocado a Cristiano en carne mortal en los saludos de diferentes momentos de su extensa carrera. Entrechocamos manos, pulgares, ese saludo habitual de agarrarse la mano como dos puños que ahora se estila en el fútbol. Saludos coloquiales de quienes se ven a menudo, casi a diario, por culpa de este negocio del balompié. Antes y después de los partidos, en recepciones con jugadores. Y podemos decir que es humano, aunque muchos le consideren un marciano, como me dice Arbeloa. El recordado lateral madridista manifiesta que Ronaldo vuela en otra galaxia. Es cierto, pero es Cristiano, se santigua antes de los partidos. Es Cristiano. Y es mortal. Casi humano. Aunque en el club piensen que no. Que es de otro planeta.
Vuelve el Real Madrid de conquistar el Piamonte, la casa de la Fiat, Turín, cuyos dueños tienen también a la Juventus como fábrica de calcio , y en el viaje de vuelta los jugadores y todo el vuelo ovacionaron a Cristiano cuando entró al avión, junto a Ramos, tras cumplir el tedioso control antidopaje. Algunos futbolistas bromearon ante el portugués al decir que el tanto de Zidane en 2002 fue mejor que el de su compañero, para picarle. Ronaldo contestaba al míster que debería tener cuidado con tanto pelota a su alrededor. Bromas que enfilaban hacia una realidad: Cristiano es el mejor jugador que han visto en un campo de fútbol.
En el retorno de ese viaje se reciclaba lo vivido. Carlos Carbajosa, Charly, mi antiguo compañero de fatigas, de viajes por Europa y por España con el Real Madrid, donde se disfrutaba con el fútbol y se sufrían enfermedades y fiebres que hacían trabajar al límite, que de todo hay, como bien sabe Charly, me espeta, ahora como jefe de prensa del club: “Dijo el otro día Ibrahimoic en su presentación que él es el nuevo Benjamin Buton; en realidad lo es Cristiano. Es un extraterrestre”. Él, que le tiene a su lado muchas horas al día, lo asegura. Y yo comienzo a dudar. ¿Será verdad? ¿Cristiano no es de este mundo?
Quizá sea cierto. Hay pruebas para un programa metafísico nocturno. Cristiano nació en una isla, Madeira, donde las navas espaciales debieron campar a sus anchas sin controles gubernamentales. Madeira está situada encima de la vieja Atlántida. Pues va a ser verdad. El próximo día que choque las manos con cristiano intentará sentir si no es humano. Su gol era un vuelo extraterrestre. Sus 120 goles en la Champions no son de este mundo. No es humano. Doña Dolores Aveiro le alimenta con el bacalao al bras de Marte. Solo ella lo sabe, que lo ha parido, pero ¿en otro planeta?
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