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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Enrique Múgica, un socialista, un español, que reconocía que el Real Madrid era un gran representante de España por el mundo

Español, vasco y judío, era cercano, campechano, y su claridad chocaba con el socialismo actual, que le ha apartado del reconocimiento que se merece, con un silencio que lo dice todo

07-07-05- MADRID- ENTREVISTA A ENRIQUE MUJICA. DEFENSOR DEL PUEBLO.- FOTO. CHEMA BARROSO.-ARCHDC.-
Tomás González-Martínel

Se ha ido un amigo. Durante años compartí con Enrique Múgica Herzog las reuniones que la Sociedad de Amistad España-Israel organizaba periódicamente. Esa sociedad la forjó Enrique Múgica. Fue una de sus consecuciones paralelas a un objetivo que persiguió durante muchos años hasta lograr la gran meta: el establecimiento de las relaciones diplomáticas con Israel. Enrique Múgica Herzog fue el artífice de ese objetivo, una de las grandes alegrías de su vida, quizá la mayor desde el punto de vista político.

“Cuídate, eres como yo y tienes tendencia a engordar, nunca comas demasiado”, me decía Enrique cuando nos veíamos. Comentaba que yo era de ascendencia judía, como decía mi nombre. Los dos éramos de cejas espesas y con gusto por la comida. Yo le decía que me cuidaba, pero me advertía. Se veía reflejado en mí cuando aún tenía un pelo fuerte parecido al suyo que después perdí, mientras él lo conservó siempre. “Los españoles tienen interés por conocer cómo son los judíos. Yo supe que lo era cuando tuve catorce años”. Su madre, francesa de origen polaco, aportaba esa veta judía a Enrique.

Se sentía español, vasco y judío. Y su españolismo claro, sincero, declarado, no casaba con este Partido Socialista Obrero Español, que negocia con partidos independentistas para gobernar, que niega a España constantemente y que permite que sus socios de gobierno la nieguen diariamente. Le dolía mucho en la era de Zapatero y le dolía ahora.

Ha muerto por culpa del coronavirus y solo se ha visto homenajeado por el minuto de silencio guardado en el Congreso de los Diputados, compartido con otro grande de la política española, Landelino Lavilla. El PSOE ha regateado de puntillas para evitar un homenaje real a Enrique. Un homenaje que ahora podía hacerse con artículos, declaraciones y opiniones, a la espera de volver a la vida normal. Pero no han dicho nada.

Enrique era tan claro que decía que, sin desmerecer a otros clubes, el Real Madrid era un gran representante de España en el mundo gracias a sus victorias internacionales y especialmente por su forma de proceder, por su comportamiento. Lo decía en la era de Luis de Carlos y lo decía ahora, con Florentino Pérez. Rompía moldes, destrozaba los tópicos que la ignorancia alimenta.

Era tan directo, tan franco en sus opiniones, que Aznar le eligió defensor del pueblo por esa inteligencia, por ese desmarque de las líneas de partido y, sobre todo, por su españolismo indudable. Un españolismo que hoy el PSOE no demuestra. Enrique lo lamentaba enormemente. Adiós Enrique. Bay! Lehitraot!    

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