El Real Madrid venció en Múnich, pero no todo fueron cosas bonitas. En el gol del Bayern hubo un fallo generalizado, pero al final, como siempre sucede, el error que más se nota es el del portero, Keylor.
Marcelo empató el encuentro en la fase más delicada del partido, cuando el Bayern dominaba y podía marcar más goles. En el descanso Ramos y todo el grupo apoyaron una vez más a Navas. El costarricense se había mostrado nervioso desde que recibió el 1-0. Sabía que no había estado bien.
Como el mismo Navas dijo después del partido, hay momentos en los que las cosas no te salen y no estás tan fino y tampoco la suerte te ayuda. Pero en ese descanso, en una semifinal en la que te juegas todo, el equipo ayudó a Keylor a salir en el segundo tiempo con toda la confianza. Y se demostró que fue un acierto.
El Navas que vimos en el segundo periodo fue magnífico,porque tuvo carácter, tuvo personalidad. Otros se habían hundido entre los nervios y la desconfianza en uno mismo.
Keylor salió adelante. En esta victoria por 1-2 en Múnich hay que destacar este aspecto que fue y es fundamental. La unidad y el ánimo al jugador que no lo ha hecho bien son cosas que quedan por detrás, en la cocina blanca, dónde se lavan los trapos sucios, pero son estas cosas las que demuestran la unidad de un equipo. Si esa unión no existe, no se ganan títulos. El equipo le dio pura vida a Navas.
Otros temas Tomás González-Martínel