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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Cristiano espera que los árbitros no vuelvan a ayudar a Francia

Tomás González-Martínel

La semifinal Alemania-Francia alimentó la preocupación. La afición del país vecino se teme lo peor. Juega contra todo y contra todos. Portugal llega de nuevo a una final de la Eurocopa. En la edición 2004, jugada en tierras lusas, la igualdad arbitral fue tan grande que la selección rojiverde perdió frente a Grecia en la primera fase y cayó otra vez ante la selección helena en la gran final, para quedarse sin título. Si Portugal hubiera disfrutado de los apoyos arbitrales que suelen recibir los equipos que juegan en casa, hoy disputaría su segunda final de la Eurocopa con un título en su palmarés. Pero no las recibió. Como tiene que ser. Ahora, la Portugal de Fernando Santos y Cristiano se enfrenta a la anfitriona, Francia, en una situación muy diferente. El equipo de Deschamps sí ha recibido el apoyo de los colegiados. Y los disfrutó en su momento más peliagudo, en la semifinal ante la selección que dio un baño a los galos durante cuarenta y cinco minutos: Alemania.

Sí, no se ha hablado mucho de esas ayudas en la semifinal, porque Schweinsteiger cometió el error de niño de hacer un penalti por manos que supuso el primer gol francés. Pero antes de esa pena máxima, en el primer tiempo, Alemania soportó tres penaltis clarísimos en una misma jugada, en un mismo saque de esquina, y el árbitro no señaló ninguno de los tres. Muller, Schweinsteiger y Boateng fueron agarrados incluso por el cuello. Muller fue tirado al suelo. Y el colegiado no pitó nada. Las protestas germanas, razonables, no fueron escuchadas. Estaba claro que el juez de la contienda no señalaría un penalti contra Francia ni aunque hubiera cuerdas atadas a los alemanes en el área. El perjuicio fue enorme. Con un penalti y un presunto gol a favor, quizá hoy estaríamos hablando de otra final de mañana.

No son los alemanes propensos a justificar derrotas en los colegiados. El penalti cometido por Schweinsteiger les hace pensar en sus errores. Pero en el fuero interno del vestuario, Kroos, Ozil y el lesionado Khedira hablaban de esa ayuda arbitral a Francia, que se acusó también en las amonestaciones mostradas en el partido. Los germanos sufrieron tres tarjetas amarillas en el primer tiempo, de dominio total del equipo de Low. El trato distinto era evidente. A Francia se le permitió hacer faltas tácticas constantemente, con Sissoko al mando destructivo. Mañana, Portugal se teme una situación similar.

La Portugal de Cristiano espera ganar hoy su primer gran trofeo. O perderlo ante Pogba y Griezmmann por fútbol y goles, no por Clattenburg.

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