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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Así, así, así gana el Madrid, con dos héroes enfermos que debían estar en cama

GRA258. MADRID, 16/08/2017.- El entrenador del Real Madrid Zinedine Zidane (2i), junto a Raphael Varane (c), Nacho (2d) y Gareth Bale (d), celebra con Sergio Ramos (i) la Supercopa de España tras vencer por 2-0 al FC Barcelona en el partido de vuelta disputado hoy en el estado Santiago Bernabéu, en Madrid. EFE/Mariscal.
Tomás González-Martínel

El sello que define a los jugadores del Real Madrid es la entrega por encima de todo. Anteponer el equipo a todo. Incluso a su propia salud. Todo por conseguir una victoria que sabían sería difícil. El campeón de Liga obtuvo en Getafe un triunfo muy importante. Sobre todo si se sabe que jugó con dos hombres en muy malas condiciones, Ramos y Kiko Casilla. Fue la victoria secreta del campeón. La que marca la diferencia entre unos y otros. La que provoca envidias. Ya sabemos que la envidia que soporta el Real Madrid solo expresa una verdad: admiración.

El conjunto blanco obtuvo tres puntos muy importantes con nueve futbolistas y dos enfermos que debían estar en la cama y jugaron los noventa minutos. Ramos vino muy mal a Valdebebas cinco horas antes del partido. Vomitó durante toa la noche previa. Zidane le dijo que descansara, pero el capitán se negó. «Puedo aguantar». Tuvo un comportamiento de la vieja escuela, del estilo Pirri. Renovado hasta 2021 en julio, el capitán  llegó muy decaído a las once de la mañana del sábado a la ciduad deportiva blanca, desde la que partiría hacia Getafe, y  Zidane, que cumplía cien partidos como entrenador blanco, le dijo que no se preocupara. que lo importante era si salud. «Míster, que me pongan suero que no me rajo». Jugaría. Y jugó. Desde las once de la mañana, cinco horas antes del partido, el central se alimentó con suero. No comió con el resto del equipo (la comida fue a las doce y cuarto de la mañana). Tumbado en una camilla junto al doctor, pasó las horas hasta que llegó la reunión técnica,a las dos de la tarde. Zidane volvió a hablar con él y Sergio Ramos le dijo que podría aguantar. No solo aguantó, sino que rindió muy bien y le hicieron un penalti, otro más, como una casa, que como es lógico no le señalaron, según las directrices de Vitoriano Sánchez Arminio, el hombre justo del arbitraje y del fútbol español.

Junto al capitán, Kiko Casilla también estaba muy débil, víctima de otra gastroenteritis, y dio otra lección de orgullo al jugar para no cargar la responsabilidad a un chico del filial, pues Keylor era baja. El plan era que si las cosas se enfilaban, Ramos sería sustituido en el descanso, pero tuvo que aguantar y gracias a eso Zidane pudo meter los cambios ofensivos y colocar a Isco para dar el pase idóneo a Cristiano. Fue, el de Ramos, un gesto de capitán al estilo Pirri. Son hechos que enseñan la diferencia. A estos futbolistas les envidian y les llaman ricos con amargor y muchas cosas bastante peores. Pero todo es admiración, porque saben que son capaces de rendir al máximo cuando la mayoría de los mortales se quedarían en la cama, sobre todo si fueran ricos.

Kiko Casilla sufrió la misma enfermedad, que te deja muy débil, sin fuerzas, el viernes. Jugó con muchos problemas. Al no haber otro portero del primer equipo quiso jugar. No quiso cargar esa responsabilidad a un chaval del Castilla. Lo pasó mal, pero dio la cara. Kiko Casilla también ofreció una lección de orgullo, aquejado de esa gastroenteritis. Es la diferencia, sí, estos ricos sudan como los pobres. Pocos harían lo que ellos hicieron.

Y sufrieron aún más porque el arbitraje volvió a ser enormemente perjudicial para el Real Madrid. Ramos fue objeto de un penalti de libro, derribado en el área, placado, tirado, cuando intentó rematar un balón aéreo en un saque de esquina botado por Kroos. El colmo fue que el colegiado también concedió el gol del empate getafense, en fuera de juego. Contra todos, contra Sánchez Arminio, contra los colegiados que siempre pitan en contra del conjunto blanco en cada partido y con dos jugadores enfermos, el Real Madrid salvó tres puntos al borde del precipicio.

Y no es una visión tendenciosa decir que el campeón de Europa y de Liga vence contra todo el mundo arbitral. Porque le han perjudicado en el Camp Nou (Supercopa de España, expulsión a Cristiano y un golazo anulado al portugués). Y le han hecho daño ostensiblemente en la Liga ante el Valencia (un penalti claro no señalado a Benzema), el Levante (un penalti a Theo) y el Betis (dos penaltis claros, a Isco y Cristiano), precisamente tres encuentros que no ganó. En Getafe, el Real Madrid ganó con nueve y con dos héroes.

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