La carencia de democracia de estos políticos que viven muy bien de la democracia es penosa. El alcalde de Vigo se jacta de ser celtiña y de ayudar al Celta y la Liga Profesional tiene que aceptar que no se juegue un partido porque al club gallego le interesa no jugar. El alcalde lo decide abiertamente y sin oposición: el partido lo he suspendido yo, no la Liga. Yo, yo, yo. Me recuerda a ese energúmeno que decía yo, yo, yo cuando había matado a un toro ciego y con los cuernos ardiendo en esas fiestas crueles de la España cañí que debemos eliminar de una vez.
Este alcalde, con el fin de sacar votos primitivos, aplaza el partido y se pasea dialécticamente por Vigo dándose golpes de pecho de lo mucho que ha ayudado al Celta al darle descanso a tres días de una “final” de Copa. Se pasea por Vigo diciendo también que así el Celta no jugó contra el Real Madrid con suplentes y le salvó de una derrota segura. Y que le voten.
El propio Abel Caballero, de cuyo apellido no tiene nada, reconoce con su prepotencia de radio corto que ha sido juez y parte. Ha ayudado a su equipo a no jugar. Vigueses, votadme, que he salvado al equipo.
El alcalde sabe que el partido podía jugarse. Ese voladizo se cayó 36 horas antes del partido y podía haberse cerrado la zona y jugar con total seguridad. Esa zona, como otras del desastroso Balaídos, han sido acordonadas durante años y el Celta ha jugado así.
El propio Berizzo lo dijo con ingenuidad: ¿Y por qué no se ha arreglado Balaídos en todos estos años? Es la incapacidad del alcalde para solventar un problema grave la que nos ha llevado a esto. Porque, señor Caballero (no le pega el apellido, ya digo): ¿Qué esperaba, el dinerito de todos los españoles para reformar Balaídos si nos daban el Mundial o la Eurocopa? Pues no. A poner el del Ayuntamiento. Pero usted no pone ni un euro.
Se les ve mucho el pelo a estos políticos de medio pelo que viven del cargo con decisiones populistas. Siempre esperan el dinero de los demás. Háganlo ustedes con el suyo. Pero no saben. Son incapaces de negociar y acordar nada por sus duelos políticos de cara a la galería, porque después bien que comen todos junto con el dinero de nosotros.
Tapan su impotencia con estas actuaciones populares de tramo corto. Mírenle, ha suspendido un partido para ayudar al Celta en la Liga y sobre todo en la Copa. Y se jacta de decir que el Madrid está molesto porque perdió en la Copa. Y no le importa que toda España vaya ahora en contra del Celta, incluido el Alavés, que solicitó retrasar el partido de anoche para jugar en igualdad de condiciones físicas, porque el conjunto vitoriano sí tuvo que jugar jornada de Liga. Ayer, toda España iba con el Alavés.
A Caballero (?) eso no le importa. No le importa que en media España caiga mal ya el Celta. Porque busca el voto cercano, de radio corto. Así son los políticos de hoy, de tramo corto, buscando el votito que me deje en este silloncito de mi pueblo. Cortos, sí.
La Liga debería tomar decisiones para cambiar esta potestad de los alcaldes para decidir si se juega en un campo municipal. Porque el Celta hace jurisprudencia. Otro clubes pueden hacer lo mismo cuando les interese. Y la Liga debeía tener pensado obligar a disputar el partido en otro campo en un radio de cien kilómetros. Verán como se acaban los populismos de medio pelo, caballeros.