Día D, desembarco de Normandía: «Les sanglots longs des violons de l’automne…»
Por una de esas extrañas razones que rara vez revisten las guerras con actos nobles, justos y ciertamente románticos, dos versos del poeta maldito francés Paul Verlaine («Les sanglots longs des violons de l'automne/ blessent mon coeur d'une langueur monotone»)* fueron los escogidos por el mando aliado…