“Señoras y señores:
Usen protector solar. Si pudiera darles un solo consejo para el futuro, les diría que usaran protectores solares. Sus beneficios han sido comprobados por los científicos, mientras que el resto de mis consejos no tienen más fundamento que mi experiencia….”
Con estas palabras empezaba su columna Mary Schmich, la redactora del Chicago Tribune, el 1 de Junio de 1997, y se hicieron tan famosas que, además de dar la vuelta al mundo, dieron título a un libro (Wear Sunscreen, 1998) y se convirtieron en la letra de una canción del australiano Baz Luhrmann –que podéis escuchar en YouTube- titulada "Everybody’s Free (To Wear Sunscreen)".
Y con sus mismas palabras me despido de vosotros hasta Septiembre (colgaré el cartel de Cerrado Por Vacaciones el viernes 31): USAD PROTECTOR SOLAR.
No es un consejo a la ligera. Los estudios demuestran que utilizando un SPF 15 durante los primeros 20 años de vida, se puede reducir hasta un 80% el riesgo de padecer algún tipo de cáncer. Y aunque este dato nos llega un poco tarde a algunos (la de cervezas, Coca-Colas, "crema de la vaca" y Nivea mezclada con mercromina que nos hemos echado al cuerpo para tostarnos en nuestras dos primeras décadas de vida…) todavía estamos a tiempo de frenar la proliferación de radicales libres, y ahorrarnos muchas arrugas, manchas y flacidez.
Pero, ¿cómo elegir un buen protector solar? No es tanto una cuestión de marcas como de acertar con el que nos conviene en cada caso. Os cuento algunos “tips” para orientaros en su elección:
1. ¿Filtro físico o químico? Los físicos (también se conocen como minerales) son los que se
quedan en la superficie de la piel (suelen dejarla blanquecina), haciendo de pantalla para reflejar la radiación solar. Los químicos penetran en la piel y absorben la radiación ultravioleta transformándola en una longitud de onda distinta, inocua para la piel. Los primeros, al no penetrar en la epidermis, son más "seguros" para los que tenéis problemas de alergias o la piel sensible; los segundos, como no se quedan en superficie, resisten más tiempo al sudor, el agua y el roce de la toalla (a mi, particularmente, me gustan más estos últimos porque no me dejan la piel nacarada).
2. ¿Protección UVA, UVB, IR…? Hasta no hace muchos años, toda la protección solar se dirigía a combatir los rayos UVB, pero se ha descubierto que los UVA e incluso los infrarrojos (IR) son casi tan perjudiciales como los primeros. ¿Las diferencias? Los UVB tienen onda larga (esto significa que no traspasan la epidermis) y son los responsables de las quemaduras, el eritema y, a largo plazo, el cáncer de piel. Los UVA son de onda corta (penetran hasta la dermis) y activan la producción de melanina, de ahí que sean los culpables de que nos pongamos morenos; pero también alteran
la producción de colágeno, y por tanto, aceleran el envejecimiento de nuestra piel. A los IR les debemos la sensación de calor y a su vez son los causantes de que se nos ponga la piel como un tomate y se congestione.
Conclusión: Lo ideal es que nos ptotejamos de los 3 tipos de radiación! Los productos que incluyen SPF (o FPS en español) protegen sólo de los UVB. Si quieres ponerte a salvo de los UVA, busca solares denominados “de amplio espectro” (suelen indicarlo en el envase o "encierran" las siglas UVA dentro de un circulo). Los que protegen de los infrarojos también lo señalan en sus etiquetas.
3. ¿Water-resistant o waterproof? El primero significa que resiste un baño de hasta 40 minutos y el segundo señala que está formulado a prueba de 80 minutos de inmersión.
4 ¿Más crema, más protección? La cantidad de producto que hay que usar por todo el cuerpo es de ¡36 gramos! Pero como imagino que ninguno de vosotros irá con su báscula a la playa, quedaos con la copla de que “más es más”. Nada de racanear con los solares, que os jugáis el futuro de vuestra piel.
Y no olvidéis aplicaros las cremas 30 minutos antes de exponeros al sol , ya que es el tiempo que tardan en actuar los filtros. No os toméis esto a la ligera. Si no lo hacéis así, acabaréis como estas gambas, en vuestra primera media hora de tumbona!
¡Felices (y protegidas) vacaciones a todos!