¿Qué tienen en común la rubia de la foto con Hillary Swank, Rafa Nadal, Michelle Obama, Pau Gasol, Madonna o Clint Eastwood? Que están todos “enganchados” a unas plataformas vibradoras, que te ponen en forma sin sudar una gota.
Estas máquinas las idearon en la estación espacial rusa, para mantener los músculos de los astronautas en buen estado en ausencia de gravedad. Gracias a ellas, los rusos batieron el récord de permanencia en el espacio, aguantando 420 días en la órbita, frente a los 120 que soportaron los americanos, que tuvieron que regresar a tierra por graves problemas musculares y óseos.
El éxito de las plataformas está en que nos permiten modelar el cuerpo, en poquísimos minutos, sin tan siquiera cambiarnos de ropa.
Tanto es así que, no sólo las veréis en casi todos los gimnasios y centros de belleza, sino que os toparéis con ellas…¡en los centros comerciales!. El objetivo es que mientras hacemos nuestras compras, nuestras parejas, hijos o amigos no desesperen y aprovechen ese tiempo de espera para hacer su gimnasia. ¿No es genial?
El funcionamiento es sencillísimo: subes a la plataforma, te colocas en la postura recomendada
para los músculos que quieres trabajar (ver dibujos) y la máquina (y tu cuerpo) se pone a vibrar como si fuera una batidora. Estas vibraciones producen un reflejo de estiramiento/contracción de entre 30 y 60 veces por segundo (con el ejercicio convencional es de 1 por segundo) y se activan el 99% de las fibras al límite muscular.
Solo se puede estar 5 minutos en cada posición y un máximo de media hora al día. Al terminar, tendrás más agujetas que si hubieras jugado un partido de tenis.
También se pueden duplicar los efectos siguiendo los programas de ejercicios que han diseñado algunos gimnasios para realizar sobre las plataformas, y que se adaptan a las necesidades físicas de cada cliente. Con ellos se obtienen los beneficios de dos modalidades, en la mitad de tiempo. Para evitar lesiones tienen que estar supervisados por un entrenador y no se pueden superar las 3 sesiones semanales.
Lo que hacen por nosotros:
– Tonifican el cuerpo de los pies a la cabeza
– Aumentan la testosterona, la hormona sexual masculina que permite desarrollar los músculos (es la que se inyectan los deportistas que se dopan). Las mujeres también la tenemos, aunque en menor cantidad, y nos regula el humor, el apetito sexual y la sensación de bienestar.
– Reducen la celulitis (según un estudio realizado en la clínica Sanaderm en Alemania, si te subes 3 a la Power Plate tres veces por semana, en sesiones de 8 a 13 minutos, se rebaja un 25,7% la adiposis en muslos y glúteos)
– Mejoran la flexibilidad, la coordinación y el equilibrio
– Al aumentar la densidad ósea, previenen la osteoporosis
– Tienen efecto de drenaje capilar y linfático
– Incrementan la producción hormonal
– Desestresan porque elevan la serotonina y disminuyen los niveles de cortisol, la sustancia que nos perjudica en periodos de estrés
– Mejoran el estado de la piel ya que fomentan la producción de colágeno
No las pueden usar: embarazadas, epilépticos, diabéticos graves, enfermos del corazón ni personas con hernias, prótesis de rodilla o cadera, marcapasos, tumores, infecciones, lesiones recientes y migrañas agudas. Tampoco deberían subirse aquellos que tienen trombos o problemas agudos de circulación, aunque no suponen un problema para las varices. Y están contraindicadas los tres primeros meses posteriores a la colocación de un DIU, o hasta que se tenga la certeza de que está bien implantado.
Tratamientos Teresa de la Ciervael