Como en Nueva York, Londres y Tokio, Madrid tiene cada vez más centros de estética escondidos en los que la máxima es no ver y no ser visto.
Esta tendencia empieza a instaurarse en las grandes capitales como contrapunto a la vida laboral que transcurre en rascacielos o naves industriales, en oficinas sin puertas y con grandes ventanales al mundo estresante de las urbes, y cientos de personas trabajando alrededor.
Cada vez se busca más que los momentos de evasión sean en espacios pequeños, exclusivos y casi privados donde sentirse como en casa, o mejor!!
Surgieron así las peluquerías Eva Villar Beauty o I’m Pretty.
Y ahora se suma Ciabal, un nuevo rincón de belleza, oculto en un primer piso de la madrileña calle General Díaz Porlier 15. Allí, las hermanas Marlene (14 años entre el Spa del Hotel Miguel Ángel y en la escuela de masaje Tailandesa) y Cristina (los números, la organización, la recepción…) Arana han abierto este espacio, con tan solo un par de cabinas, para mantener esa privacidad y esa paz que busca el público al que va dirigido.
La atmósfera de secretismo está por todas partes: se accede a través del portal, no se ven rótulos ni carteles, y solo falta que te pidan el santo y seña para entrar.
Y la experiencia comienza en el momento en el que se cruza el umbral.
Como habréis observado, el amarillo está por todas partes. No sé por qué han elegido ese color, pero seguro que no es casualidad que sea el de la alegría, la juventud, la belleza y la sensualidad… También es el del narcicismo (los narcisos son amarillos, y le deben su nombre al dios de la mitología griega que se enamora de sí mismo), pero ¿quién no tiene un punto narcisista cuando acude a un centro de belleza?
La recepción ya anuncia lo qué te vas a encontrar en la cabina: materiales 100% naturales, un servicio de té e infusiones impecable, el aroma de las velas de Maison Trudon, ramos de flores frescas…
Ya en camilla, se mantienen esos aromas, esas flores. Todos los faciales y corporales se realizan manualmente, sin aparatología, utilizando micronizados de flores, hierbas maceradas con hidrolatos y aceites esenciales, totalmente naturales para la piel y respetuosos con el medio ambiente.
Según me contó Marlene (nieta de medico naturista, acostumbrada a recolectar flores y plantas con su abuelo desde niña), “los aceites esenciales puros son el alma de Ciabal, y el poder de la esencia de la planta permanece activo en el organismo ocho horas después de su aplicación”. Ella es quien realiza los tratamientos, junto con una ayudante, y me confirmó lo que ya sabía: no todos los aceites esenciales son igual de buenos, ni mucho menos, igual de efectivos (la propia Marlene lo experimentó en su rostro a los 14, que se quemó la cara con todo tipo de ácidos para intentar borrarse un acné que le acomplejaba, y se curó gracias a las fórmulas e ungüentos de su familia) .
El lugar y la forma de obtención de cada aceite es clave para asegurar que los efectos sean los deseados. Por ejemplo, el aceite de sándalo que ellas han seleccionado, se obtiene de la cordillera de las montañas azules (las Nilgiris en Mysore, India), el único lugar del mundo donde se destilan árboles de más de 45 años. Como me dijo esta esteticienne, “es curioso, y hasta poéticamente irónico, que para poder restar años a nuestra piel lo más importante sea la avanzada edad del árbol”.
En el “menú” encontraréis unos largos y reconstituyentes masajes de manos que finalizan en una manicura perfecta, reflexología podal tailandesa, específicos para embarazadas, rituales equilibrantes, faciales de aromaterapia…
¿La especialidad? Hot Stone, una sesión que combina el masaje terapéutico tradicional con la aplicación de piedras a distintas temperaturas sobre la piel, para que fluya la energía, y se calmen los dolores físicos y emocionales, se active la circulación, y oxigene la piel.
Y, si queréis podéis acudir en pareja, y pedir también el Peeling Corporal con Thaí oil massage, que termina con un increíble masaje tailandés con aceite de almendras, palo de rosa, menta, ylang ylang y canela.
¿Más? Como se basan en la filosofía ‘Somos los que comemos, olemos y sentimos‘, el dúo se convierte en trío 3 días a la semana, con las consultas del experto en nutrición y coach deportivo Alberto Olivera Rubio.
Olivera diseña planes nutricionales totalmente personalizados, teniendo en cuenta las necesidades de cada cliente y sus objetivos, con seguimiento a lo largo todo el tratamiento.
Para pedir cita en este refugio para el cuerpo y la mente no tenéis más que llamar al 911377619.
Los horarios son: L-M-X-V, de 12 a 20.30; los jueves de 10 a 20.30h y los sábados, de 10 a 18h.
Tenéis el parking de El Corte Inglés de Goya enfrente, y si os piden el santo y seña, decid La Polvera 😉
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