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Blogs La polvera por Teresa de la Cierva

Autobronceadores: mis favoritos de 2015

Teresa de la Ciervael

Como otros veranos, aquí va mi test de “elegidos”, que este año han sido pocos. Las firmas que ya habían lanzado algún autobronceador en temporadas anteriores, se mantienen con sus fórmulas (señal de que funcionan) y los únicos descubrimientos interesantes han sido dos. En ambos casos el resultado es más suave y progresivo que el de un autobronceador convencional (dejan un tono ligeramente tostado, como de dado un haber paseado por el campo o por la playa), y creo que ese es el secreto para que le perdáis el miedo es este tipo de cosméticos:

 

St Tropez, mi marca favorita de autobronceadores lanza un aceite para el rostro que me ha enamorado.

 

 

No es graso, se seca rapidísimo, se extiende mejor que una crema (aunque hay que tener cuidado porque puede “chorrear”, ya que es más líquido que oleoso), no huele (o para ser exacta, está ligeramente aromatizado con citronela para camuflar el fuerte olor del DHA, que es inevitable), y no bloquea los poros.

Esto último es lo que lo ha hecho merecedor de mi pasión, porque cuando se cuelan en los poros, los “agujeros” se “tiñen” y parece que tienes puntos negros por toda la cara! Y con este elixir, no pasa!

El color de Saint Tropez Self Tan luxe es muy natural (no esperéis poneros negras) y favorecedor, y se mantiene durante 3 o 4 días.

Se aplican de 2 a 3 gotas en la palma de la mano, y se masajea sobre rostro, cuello y escote,  sobre la piel limpia y seca. Para mantener el tono obtenido –insisto no es muy oscuro-, hay que aplicarlo cada 3 días (aunque digan en su prospecto que se mantiene durante 10).

39 € en El Corte Inglés.

 

Adition Concentré Éclat de Clarins, es un suero que se mezcla con la crema hidratante habitual, y la piel va adquiriendo el bronceado poco a poco, y a medida (1, 2 o 3 gotas, según el nivel de color que queráis obtener).

 

 

Este producto os gustará a l@s temeros@s del autobronceado (habéis tenido malas experiencias, no soportáis el olor a rancio, os habéis quedado naranjas alguna vez, se os han teñido las uñas o los pelos de las cejas…) porque, al mezclarse con la crema desaparece el aroma, se puede graduar el color (añadir más o menos gotas) y si se te olvida lavarte las maños, no se quedan las palmas como si te hubieras manchado con betún.

El proceso: mezclar en la palma de la mano una nuez del tratamiento de día o noche habitual (se funde con todas las texturas: crema, gel, aceite), con  1,2 o 3 gotas del suero. Lo mejor es que empecéis con una, y según el resultado que obtengáis con las primeras aplicaciones, mantengáis esa dosis o la aumentéis.

El tono se incrementa día a día hasta un límite (a las que os ponéis muy morenas,  os subirá más, y a las más blanquitas, menos) y, como todos, se atenúa también progresivamente al dejar de aplicar el producto.

Y existe en versión facial (29 €) y corporal (35 €). En El Corte Inglés y perfumerías.

 

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