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Blogs La polvera por Teresa de la Cierva

Autobronceador… ¡por boca!

Teresa de la Ciervael

 

Las temerosas del autobronceador (por lo difícil de su aplicación) ya podéis perderle el miedo. Oenobiol lanzó el año pasado el autobronceador en cápsulas, y tras su éxito internacional (le concedieron en Francia el premio Victoire de la Beauté 2015-2016) y obtener una tasa de satisfacción de clientes del 94%, (hicieron un estudio clínico en mujeres de entre 18 y 65 años con una piel con fototipo II durante tres meses), este producto ha llegado a España!!

 

 

¿Cómo funciona? Esta formulado con carotenoides, que son pigmentos orgánicos que se encuentran de manera natural en los vegetales, y los que le dan el color a las frutas y verduras (los distintos tipos de pimientos, por ejemplo, se deben a que tienen diferentes carotenoides, y según el que tengan serán rojos, verdes o amarillos).

Si los ingerimos nosotros, estos se concentran en nuestras células adiposas subcutáneas, coloreándolas y dando un tono bronceado natural y uniforme (adiós a los problemas de uniformidad de los autobronceadores en crema!).

¿La diferencia con las cápsulas preparadoras del sol? Éstas contienen carotenoides, vitaminas y minerales cuyas acciones principales son combatir los radicales libres (envejecimiento) que se producen con la exposición al sol. Las cápsulas autobronceadoras tienen  pigmentos carotenoides, que “tiñen” las células.  

¿Y no dejan naranja? No porque no incluye betacarotenos (los tiene la zanahoria, por ejemplo), que son los que pueden “naranjear” (aunque son estupendos para otro tipo de nutricosméticos, en este caso, no convienen). Aquí cada uno de los carotenoides que lleva aporta un color  y es la mezcla de todos la que da el tono similar al bronceado. 

¿Y pueden teñir las palmas de las manos, pies y dientes? Esto solo ocurre cuando se utilizan los betacarotenos.

La “receta” de Oenobiol la componen: astaxhantina (aporta el color rosa);  luteína, zeaxhantina y cúrcuma (color amarillo); y leucopeno (color rojo-cobre). Esta combinación “tiñe” nuestras células de un tono tostado, que dicen (yo no lo he probado), es muy favorecedor.

¿Puede producir manchas? No, porque no estimula la síntesis de melanina (como hacen los preparadores o aceleradores del bronceado, por ejemplo). Simplemente colorean las células, como hacen los autobronceadores tópicos.

¿Cómo se deben tomar y cuando se ven resultados? Una cápsula al día, y muy poco a poco el color de la piel se va oscureciendo (esto es estupendo, porque si no nos gusta el tono que va adquiriendo vuestra piel, abandonamos la toma, y punto), hasta llegar a un bronceado ya muy evidente a los dos meses. El máximo de pigmento se obtiene a los 3 meses.

¿Cuánto dura? Si se sigue con el tratamiento, el tono conseguido se mantiene, y si se deja, va desapareciendo a medida que las células pigmentadas van siendo remplazadas por células nuevas (igual que sucede con los autobronceadores en crema).

¿El plus? Son un buen complemento para el verano, ya que este “falso” bronceado potencia el auténtico, y con menos horas de sol, estaremos más morenitas…

El pero? Dicen los dentistas que comer muchos carotenos puede amarillear los dientes, pero desde el departamento de marketing de esta firma me dicen que no tienen constancia de que “tragados”, sin tener contacto con los dientes, tengan ese mismo inconveniente. Ya veremos, con el tiempo, qué dicen los que lo prueben…

21,07€, 30 cápsulas. en farmacias y parafarmacias

 

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