No creo mucho en los anticelulíticos porque la celulitis es un hueso muy duro de roer, y por mucha cafeína (activo quema grasa) o ruscus (drenante) que le apliquemos a nuestra piel, solo serán simples “lametazos”.
Pero sí creo que manteniendo en forma la microcirculación, y activo el sistema linfático, podemos prevenirla e incluso mejorar el aspecto de la que hay.
Por eso soy de las convencidas de que el masaje es la mejor herramienta para evitar que los adipocitos campen a sus anchas por nuestras piernas, abdomen, glúteos e incluso brazos!
De modo que, cualquier crema llamada reductora o anticelulítica, si va acompañada diariamente de movimientos circulares y ascendentes por todo el cuerpo, bienvenida sea. Peos es nada…
Nos facilitan esa tarea estos productos con el “masajeador” incluido en el dosificador, porque reconozcámoslo, los aparatitos que vienen con los cosméticos por separado o los que compramos en el Teletienda acaban todos en un cajón!
El de Babē cuesta 21€ (200 ml, la cantidad para 3 meses de uso, que es el mínimo que recomiendan para ver algún resultado), y se vende en farmacias.
Y el de Pranarōm es ecológico, cuesta 31€ y se vende también en farmacias.
*Este post forma parte de la colección de “micro post” que iré colgando, extraídos de mis redes sociales, y que son pequeñas “píldoras” sobre productos que me parecen interesantes.
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