Ángel, el artífice del color de mi preciosa melena (no tengo abuela!!), es el mejor colorista de Madrid.
Sobre todo creando rubios “naturales” como este:
Hace estos dorados de los 18 años, como de ligeros reflejos del sol, que queremos todas las que aspiramos a ser rubias “de toda la vida” eternamente (utiliza el tradicional método del “gorro”, que tantas peluquerías –erróneamente en mi opinión- han desterrado)
Es de la “escuela” de Peque e Inés Estebanez (de Velazquez 100), las otras dos virtuosas del color en la capital, pero yo reconozco que tengo debilidad por este ángel, con minúscula (de la RAE: persona a la que se le atribuyen cualidades que se consideran propias de los ángeles, como la bondad, la inocencia, la belleza, etc..) y con mayúscula (Festivales de Cine, desfiles de moda de diseñadores de la talla de Balenciaga, Londres con Vidal Sasoon e Irving Rush, París en la escuela de Jean Marc Maniatis y Carita, Miami donde logra situarse en la vanguardia de la moda como estilista de las top models más punteras de la época….)
Como buen guardián de la salud del pelo, es un obseso de las coloraciones naturales, tono sobre tono, y consigue, con sus mezclas magistrales, incluso cubrir canas sin que se pierda ni un ápice del brillo natural de su cabello.
¿Cómo lo hace? Secreto de autor. Prepara sus fórmulas en privado y las guarda con llave dentro de algún armario de su excéntrica peluquería.
El pero de estas coloraciones es que requieren su tiempo, y la que acude a este salón tiene que saber que hay que ir sin prisa ( “Mi salón no está pensado para una clienta que requiera trabajos rápidos y que no dispongan de tiempo”).
¿Más particularidades?
Tiene obsesión por la privacidad. La primera máxima de este estilista es ofrecer un trato exclusivo y personalizado a sus clientas, y por tanto sólo tiene dos sofás de lavado y otros dos de peinado, para que nunca puedan coincidir más de un par de clientas a la vez. “A mis clientas nunca las verá nadie con el gorro de las mechas o la mascarilla capilar”, cuenta.
Y por la calma. “Me gusta que vengan aquí a desconectar, a pasar un rato agradable, y por eso les pido que pongan los móviles en silencio (ahora que no me oye os advierto que es súper estricto con ese tema), y disfruten de la música relajante y el masaje que les dará en el sillón de lavado”.
Para garantizar este trato de lujo y privacidad, las citas son previa petición de hora, y es muy exigente con la puntualidad. “Todo el cuidado que tengo en mantener esta exclusividad se va al traste si mis clientas no son puntuales. Es el único requisito que exijo para que mi sistema funcione”.
Pero todavía no os he hablado del salón en sí!! Es la esencia del barroco del siglo XXI. Un espacio negro y plata con molduras abigarradas en el techo, sofás estilo imperio y una sutil iluminación proyectada a través de arañas de cristal checo que te hacen verte favorecida en cualquier espejo (ya podrían muchas peluquerías iluminar así!!!).
Y como unas imágenes valen más que mil palabras…
Lo dicho: mi Ángel tiene ángel. Y ni yo, ni mi pelo, podemos vivir sin él!!! (Ni sin Eugenio, su ayudante y amigo, sin el que todo esto no seria igual…)
¿Dónde? Joaquín María López, 12 Bis. Madrid. Tel: 91 598 70 68.
De 11:00 a 20:00 horas, de martes a sábado
Pelo