En España, las temperaturas se desploman, la ola de frío que afecta al este de Europa deja ya más de 60 victimas mortales, el Mar Negro ha aparecido helado en el centro vacacional rumano de Mamaia, un lago salino situado en la frontera de Bulgaria se ha congelado por primera vez en 58 años…
Y cuando los termómetros se ponen a cero, nuestra piel también se pone a bajo mínimos.
¿Por qué? La piel fabrica por si misma una especie de “crema natural”: el manto hidrolipídico. Es una auto-protección, mezcla de lípidos, agua y células córneas, cuya misión es funcionar como escudo frente a las agresiones externas. El frío, el viento y las calefacciones alteran esa capa y queda más indefensa.
Los capilares, a falta de resguardo, se contraen y se reduce la irrigación cutánea (aparece la cuperosis); las células reciben menos oxígeno y nutrientes por lo que se acumulan en la superficie (la tez se vuelve mate); la secreción sebácea disminuye provocando sequedad (se cuartea)…
Si hibernáramos, como hacen algunas especies, nuestro organismo se recubriría de un depósito graso que emplearíamos como “plumífero” durante los meses de ‘duermevela’ y desarrollaríamos sustancias químicas de efecto “anti-congelante”.
Pero no es el caso, y toca abrigar el cutis.
Para enfrentarnos a la caída del barómetro la primera medida es armarse con una buena coraza.
Es tan sencillo como hidratarse el doble. Utilizando cremas más ricas que el resto del año, convirtiendo vuestra crema de noche en una mascarilla (aplicando una capa más gruesa de lo habitual y dejándola actuar 10 minutos), hacer doblete con el tándem suero y la hidratante (mañana y noche)…
Soin SuperHidratant de Orlane es un buen ejemplo de crema para las pieles deshidratadas porque fija y refuerza la hidratación natural de la piel las 24h. Y no esperéis una crema gruesa de efecto barrera. Su textura ligera os sorprenderá. Por algo es el best seller de la casa francesa. 105 €
¿Otro problema? Cuando el viento golpea el rostro, los radicales libres entran en acción porque suele llevar en suspensión partículas de polvo, que “erosionan” y “liman” la superficie cutánea.
¿Lo último para reparar esos daños? El ácido ursólico. Este ingrediente se ha revelado como un potente anti inflamatorio, anti tumoral y anti microbiano, y se encuentra en Essential Anti Ageing Cream 3t Complex de Zelens, formulada por el Dr. Marko Lens, un cirujano plástico que es una autoridad en cáncer de piel. Cuesta 115 € en Perfumería Urbieta, en San Sebastián; Isolee , en Madrid y en su web; Lostao, en Zaragoza; Perfumería Hortensia, en Lalín; Nadia, en Madrid, y Lullaby, en El Corte Inglés de Castellana.
Para los casos de descamación acelerada, los cosméticos marinos de Thalgo son un “oasis”: nutren, reparan y devuelven el confort a las pieles muy secas. También tienen un protocolo de cabina con el mismo objetivo (50 €). Este incluye, entre otras cosas, una Mascarilla Tibia absolutamente deliciosa, que envuelve la piel y favorece la infusión en la epidermis de los activos.
La nariz, la boca y las manos también sufren las temperaturas extremas. La línea de cosméticos conocida como Cold Cream de Avéne (manos, labios, cuerpo, jabón…) tiene un alto porcentaje en Agua Termal con efecto calmante y a la vez, una protección extrema de larga duración.
Y para reparar grietas: Mayday-Mayday de Ren. Es un bálsamo suave, calmante y regenerador para las pieles irritadas y agrietadas que no tardará en convertirse en un gesto imprescindible de belleza para manos, codos, labios y rodillas. 33 €.
Por último, y para que el resto del cuerpo no se “queje” también cuando se pone a bajo cero, Dove tiene una línea corporal que incluye gel de ducha, loción y crema intensiva nutritiva. Su Winter Pack de este invierno incluye un secador de pelo especial viaje para que nos sintamos a salvo de la cabeza a los pies. 10.99€
Cuando los daños ya son una realidad hay que recurrir a herramientas más fuertes. La dermatóloga Adriana Ribé (Barcelona, 934881207) ha desarrollado el Tratamiento ProtectSkin (desde 800 €) que combina el láser Fraxel restore Dual (elimina la piel vieja para que aparezca piel nueva, hidratada y con más fuerza, en 2-4 sesiones) y el oxígeno con células madre (se aplica nebulizado, sin aguja, y revitaliza los tejidos y activa la microcirculación, prolongando la vida de nuestras células).
Las pequeñas rojeces (couperosis) o arañas vasculares (venitas rojo-liláceas) que afectan a la nariz y mejillas como consecuencia de los cambios bruscos entre el frío de la calle y las calefacciones de las casa, se pueden “fulminar” con el láser Q-Switch, me asegura la doctora Lola Bou Camps, Vocal Adjunta a la Presidencia de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venerealogía). Y en una sola sesión (entre 200 y 400€).
Y ahora, me voy a tomar un humeante café que después de todo este rollo que os he metido, me he quedado helada!
Maquillaje Teresa de la Ciervael