El otro dÃa en el nuevo programa de Wyoming en laSexta estuvo Luis MarÃa Anson (por cierto, que Urdaci en el suyo no lo hizo mal del todo, aunque la payasa mayor sigue siendo MarÃa del Monte; pero Urdaci es un tÃo con sentido del humor que se rÃe de sà mismo: ‘La gente cree que los presentadores de telediarios no tenemos piernas. Luego, cuando dejas la tele se empeñan en buscarte trabajo. Oye Urdaci, tú que tienes piernas y sabes deletrear tan bien, ¿por qué no te haces cheerleader?’). Pero vuelvo al former presidente del jurado de Miss España (lo echamos de menos). SofÃa Mazagatos y MarÃa José Besora le hacÃan preguntas (de guionista, claro, y cuando Anson le dijo a Marisofi que no habÃa estado fina en una pregunta, ella soltaba que habÃa que darle un toque al guionista, con todo el morro). La actuación de ambas como entrevistadoras era del todo patética. Sufro por ellas, igual que por las pobres concursantes de Miss España, sobre todo por esas que son tan feas (no voy a nombrar a los adefesios, aunque alguno se me haya aparecido en sueños esta noche, pero me da la impresión de que el Tomate se va a hinchar). IncreÃblemente, la gala del certamen fue lo más visto de la noche (Silvia Jato, ¿pa esto te has ido a Telecinco?). Aparte de la cascada de publicidad de ese lugar de espanto que es Marina D’Or y de otras cosas (de lo que se encargaba Eva González en sus sets) supongo que el largo programa se aguanta por lo que tiene de cruel y de cursi de toda la vida. Y de perete. El marco incomparable, las sillas vestidas de los espectadores, parte del jurado (¿qué demonios hacÃa allà René López de Haro?), Idoia Bilbao (como si no hubiéramos tenido bastante con la gran actuación que tuvo el sanedrÃn de Salsa Rosa contra Pipi Estrada, que les dio cien vueltas a todos), la publicidad de Teleno en la molla púbica, las caras de decepción de las eliminadas (lo mejor era que tenÃan que aplaudir cuando le decÃan que no estaban clasificadas), los tremendos planos de las familias… No sé, habÃa de todo. Silvia Jato y Oscar MartÃnez, bien, sin estridencias (él, de terciopelo, con la que está cayendo). Bien, para lo que era. ¿Pero cómo es posible que Miss Málaga estuviera llorando ya antes de oÃr su nombre? ¿Premonición? Ay, qué tensión. Pobres chicas. Sobre todo las feas, con todo el mundo viendo lo espantosas que eran. Desde luego, estética anoréxica no habÃa. Quizá estética celulÃtica y blandengue en algunas. Y en otras un cuerpazo de morirse. Menos mal que luego mejoran, cuando no van vestidas de Miss (sólo hay que ver fotos de cuando no llevan el recogido para corona móvil y orejas de soplillo). Esta fiesta sà es para feas. Y yo que me alegro.