aecr.org el 18 jun, 2014 Por: José MarÃa Mella, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid En un momento en el que parece necesario abrirse a la idea de una nueva reflexión estratégica sobre nuestras ciudades, pueden adoptarse dos enfoques, ambos saludables. Uno, aprender de los propios errores y aciertos. Otro, analizar los factores competitivos de otras ciudades para aprender de sus éxitos. En este artÃculo, seguiremos el segundo. Un estudio reciente elaborado por el Programa de EconomÃa de Ciudades Verdes de la Escuela de EconomÃa de Londres, en colaboración con los funcionarios de la propia ciudad de Copenhage, permite aprender de primera mano una serie de lecciones útiles para la reflexión y la acción pública en nuestras ciudades. Copenhage es una ciudad de elevada renta y gran calidad de vida, basada en la combinación de ocho factores: la forma urbana, la innovación, la inversión, el capital humano, la capacidad emprendedora, la eficiencia energética, bajas emisiones de carbono y la calidad ambiental. Copenhage, apoyándose en el Plan General, ha podido conseguir en las pasadas décadas un desarrollo urbano más fuerte en las zonas centrales de la ciudad que en las periféricas; es decir, ha consolidado una ciudad compacta frente a la tendencia general en Europa hacia la ineficiente ciudad dispersa. Copenhage es un importante centro global de la innovación, posee un sistema educativo e investigador de alta calidad, con estrechos vÃnculos con el sistema productivo, que le permite estar en la vanguardia de la creación de excelencia. El nivel de inversión en actividades de Investigación, Desarrollo e Innovación se eleva al 3,1% del PIB; es uno de los mayores de los paÃses desarrollados y está contribuyendo fuertemente al crecimiento de la economÃa de la ciudad y del paÃs. Copenhage es una ciudad muy atractiva para la inversión directa extranjera, especialmente en los sectores de las tecnologÃas de la información y la comunicación, y en los relativos a las ciencias de la vida. En todo caso, la ciudad hace un seguimiento permanente de los flujos de inversión, porque es consciente de la importancia estratégica de los mismos en la aportación de nuevo conocimiento, nuevas formas de gestión, organización, producción y comercialización. Copenhage posee una fuerza de trabajo altamente cualificada y un bajo nivel de desempleo. Casi la mitad de la población adulta de la ciudad tiene un tÃtulo universitario, lo que explica en buena medida que su tasa de paro esté muy por debajo de la media europea. Copenhage es una ciudad emprendedora por la natalidad empresarial, el dinamismo exportador y la capacidad de facturación, a pesar de ciertas dificultades para el acceso al crédito por parte de las pequeñas y medianas empresas. Copenhage continúa su senda de crecimiento, pero con un nivel de consumo total de energÃa controlado. Esto quiere decir que el consumo de energÃa per cápita está descendiendo en materia de electricidad, combustibles, agua y residuos. Copenhage es una ciudad baja en carbono según los estándares internacionales. Las emisiones de carbono están disminuyendo desde hace más de veinte años, debido al uso intensivo de energÃas alternativas y al objetivo de contaminación cero en el sector de los transportes. Copenhage ha mejorado la calidad del aire en los últimos años, aunque todavÃa deba corregir los niveles de algunos contaminantes en el centro de la ciudad. Ha logrado, incluso, que las aguas del puerto puedan utilizarse para nadar, lo que representa un sÃmbolo de los logros en materia de reestructuración territorial de las industrias contaminantes. En definitiva, creo que deberÃamos aprender de la experiencia ajena tres lecciones de estrategia urbana: la necesidad de compactar la ciudad haciéndola más densa y accesible, lo que requiere intervenir sobre el urbanismo y priorizar los modos de transporte a pie y públicos; la utilización eficiente  de los recursos naturales, lo que implica optar por las energÃas alternativas; y el desarrollo de la innovación y las tecnologÃas limpias, lo que exige colaborar entre el sector público y el privado para elevar la productividad y el crecimiento. Reflexiones Tags CiudadEconomÃa urbana Comentarios aecr.org el 18 jun, 2014
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