Rock. Rock. Digámoslo bien alto. Rock. Necesitamos Rock and Roll. No todo está perdido, no todo es pop. Rock. No suena en la radiofórmula pero, ¿y qué más da? Nos queda el Rock. Así, en mayúsculas, el que nunca muere, el que mueve masas o pequeñas audiencias. No importa que no sea tendencia mientras esté vivo. Y lo está, digo si lo está. Los Zigarros es buena muestra de ello.
Si te atreves a disfrutar en vivo de su música y comprobar cómo pueden seguir tocando ante 20.000 personas aunque “no sean tiempos para el rock and Roll”, el 9 de diciembre en la Sala La Riviera de Madrid te los ofrecemos en concierto por sólo 12 euros. ¿Y ahora qué? Grita conmigo por si aún no te has dado por aludido: ¡Rock!
Porque el rock puede ser puro y puede ser mestizo, puede ser atemporal y puede ser contemporáneo. A todo que sí es un disco que en 2016 nació sin complejos. Sin miedo a fusionar el sonido del pop rock de la década delos 80 con el del rock urbano actual. Sí, porque en el último trabajo de los valencianos no hay temor por la mezcla de estilos, porque no tienen miedo a que el rock, esa arma revolucionaria en forma de melodía pierda su esencia o su poder: con naturalidad, con descaro, sin ambages. Después de un primer álbum presentación de nombre homónimo, Ovidi Tormo, Álvaro Tormo, Adrián Ribes y Nacho Tamarit pasean por la telaraña de salas y festivales que conforman el aún vivo (¿a alguien le cabe la menor duda?) circuito de rock de este país una segunda ronda musical producida también por Carlos Raya.
Muchos aseguran que Los Zigarros son los que mantienen vivo el rock and roll en este país. Qué gran responsabilidad. Ni son los únicos ni se les debe cargar con ese peso encima. Se les debe disfrutar. Y punto. Porque con sus temas parecen estar de vuelta de ese gran debate que de tanto en tanto surge en torno a un estilo del mundo que muchos quieren dar por muerto cuando ni mucho menos está agónico ni en la UCI. Que no, que no se está muriendo, qué manía. La sencillez de las letras de A todo que sí se alternan con el sonido más eléctrico que puede dar el rock. Con esos rigffs, sí, esos riffs bien interpretados de estilo y personalidad.
La reedición de su primer disco junto con cinco temas inéditos, su gira respaldando a Fito & Fitipaldis (que alguien se atreva a decir otra vez que el rock muere…), con el que llegaron a 20.000 almas en la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid: son los garantes de que su nuevo trabajo esté rodando por todos los escenarios, como este de La Riviera del 9 de diciembre en el que les acompañará Vurro.
Y aún así habrá quien les pregunte cuándo volverá a las radios y las listas de éxito un pelotazo rock como aquellos que veíamos con el auge de M-Clan. No hace falta, ya os lo digo yo. No hay que dejarse llevar por las cifras, sino por el sentimiento a la hora de ejercer el muy digno oficio de rockero. Y ellos, Los Zigarros, han aprendido muy bien qué es lo que se necesita. Simple y llanamente, rock.
Por Toni Ponce
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