La publicación por El País de las fotografías del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, con el narcotraficante Marcial Dorado, actualmente en prisión, han obligado al máximo mandatario gallego a explicar unas imágenes que son tan efectistas como antiestéticas. Efectistas por el innegable impacto visual que supone la presencia de ambos en un yate en alta mar y antiestéticas por tratarse del presidente de un Gobierno autonómico con alguien que ha sido condenado y situado ya entre los narcos más célebres que tristemente ha dado Galicia, aunque el hecho de que las fotografías fueran tomadas en 1995, hace ya 18 años, y antes de conocerse el destino judicial del personaje, atenúe notablemente la pegada de la información. De tal forma que el propio Feijóo tuvo que reconocer su “torpeza” al no indagar en más información sobre quien calificó de persona conocida mediante diversas relaciones sociales, teniendo en cuenta que el actual inquilino de San Caetano entonces ocupaba el cargo de segundo de a bordo de la Conselleria de Sanidad de la Xunta. Hasta aquí los hechos por los que la oposición nacionalista (BNG y Beiras) han exigido su dimisión y el PSOE gallego su comparecencia en el Parlamento, que, según se ha confirmado hoy, se producirá el próximo martes.
Las interpretaciones han llevado a todos los partidos a afear al entonces candidato a la Presidencia de la Xunta que exigiera la dimisión de Anxo Quintana (BNG), vicepresidente del Ejecutivo de coalición Bloque-PSOE, cuando poco antes de las elecciones de 2009 ABC publicó una fotografía en portada en la que Quintana aparecía en un llamativo velero en compañía del constructor Jacinto Rey. Precisamente el hecho de que los socialistas, como esta mañana su secretario general, Pachi Vázquez, en los micrófonos de RNE, hayan establecido dicha comparación, me lleva a apuntar que, por lo que conocemos hasta ahora, el episodio que protagonizó Quintana en 2008 implicaba más motivos para la dimisión: primero, porque su aparente estrecha relación con el citado empresario se reflejaba en una fotografía muy reciente (la publicación por ABC de las fotos se produjo muy poco después, en febrero de 209), lo que daba más valor a cualquier interpretación política, y, segundo, por una sucesión de hechos objetivos que, aunque sin conexión probada, empezaba por la reunión en verano de 2008, seguía con la adjudicación poco después de una jugosa adjudicación en materia de energía eólica para la empresa de Jacinto Rey (que iba a suponer 14 millones anuales) y culminaba con la publicación de las fotos en febrero de 2009. En el caso de Feijóo, al menos que se haya sabido hasta ahora, no existe beneficio alguno de dinero público por parte de Marcial Dorado.
Dicho lo anterior, cuanto más detallada sea la información que aporte el presidente de la Xunta el próximo martes, más se disiparan las dudas que puedan quedar en torno a una relación antigua pero nada recomendable.
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