Una de las cosas que me hace mucha ilusión es pensar que nuestro bebé, aparte de tener tres abuelos y tres abuelas, va a poder conocer a tres de sus bisabuelas. Tendremos que poner empeño, porque una está en Valencia, otra en Cádiz y la tercera en Madrid, pero merecerá la pena organizarlo para que pueda hacerse una foto con cada una de las tres.
Aunque a las tres las queremos con la misma ilusión, hoy quería dedicarle el post a una de ellas, primero, porque lee este blog desde su ordenador y, segundo, porque eso hace que sea un ejemplo para muchos de nosotros.
Mi abuela Zita, la bisabuela del peque, tiene 8 hijos, 20 nietos y, en unas tres semanas, tendrá un bisnieto. Aunque ella es muy andaluza vive en Madrid desde antes de que yo naciera y, por suerte o por desgracia, tiene a toda su familia repartida en sitios tan dispares como Sevilla, Cádiz, Valencia, Cartagena, Inglaterra, Polonia e incluso Estados Unidos.
Por eso, para poder estar en contacto con todos, hace ya unos años que se puso las pilas y empezó primero con el móvil y los sms, después con el correo electrónico, y a día de hoy hace sus pinitos leyendo blogs e incluso dejando comentarios en ellos.
Como ya os habréis dado cuenta, mi abuela Zita es todo un ejemplo de modernidad y de ganas de estar al día. Inluso salió en mi otro blog, con un exitazo monumental.
Además, por si fuera poco, además de tener su portátil, sigue conservando una habilidad estupenda con las agujas de tejer. Creo que podrían llevarla de profesora a impartir una masterclass en uno de estos talleres modernos en los que las jóvenes aprenden a hacer bufandas de lana gorda, como los que organiza, por ejemplo, Black Oveja.
Nuestro bebé tiene en casa ropa tejida por su bisabuela Zita. Como podéis imaginaros para nosotros es la ropa más estupenda del mundo, la que más cariño lleva y la que guardaremos más años. Además, tiene un acabado más que profesional!
Por eso tenía que sacarla en el blog. Como comprenderéis, mi abuela no tiene empresa, no podéis comprar sus prendas en ninguna tienda y, de momento, no ha abierto un blog para compartir sus patrones con todo el mundo. Sin embargo, ella es un ejemplo de cómo modernidad y tradición pueden darse la mano en una misma persona.
La verdad es que da mucha pena pensar que cada vez quedan menos de estas artistas. Las nuevas generaciones, mi madre y yo incluidas, hemos sacrificado este tipo de conocimiento a cambio de cosas como ir a la universidad o trabajar fuera de casa. Menos mal que aún nos quedan algunas, como Manuela, la casi abuela política que nuestro peque tiene en Sevilla y que también nos ha hecho un jersey lleno de cariño y buenos deseos. Tendremos que hacer visita también a la capital andaluza para poder darle las gracias en persona!
Por cierto, un beso enorme también a mi abuela Mamen que lee el blog en papel y a todas las bisabuelas del mundo y a los que tienen la gran suerte de poder conocerlas.
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