Embajadas de última hora
Las vísperas de la Navidad están encontrando a bastantes diplomáticos españoles algo nerviosos y no sólo por los problemas internacionales que España tiene abiertos en distintos frentes, sino también por su futuro profesional. Los rumores de nombramientos de embajadores siguen circulando con gran profusión por los pasillos del Ministerio y, ante ellos, hay diversas actitudes.
Para los más próximos al Gobierno o aquellos a quienes se ha estado prometiendo una embajada desde hace mucho, el tiempo corre despacio. Para otros, a quienes se sitúa en la esfera del PP, los nombramientos a estas alturas de legislatura, deberían limitarse a los imprescindibles. Hay incluso quien aventura que, de ganar los populares las próximas elecciones generales, algunos de los nombrados embajadores a última hora estarán poco tiempo en su destino, sobre todo si este es de los considerados sensibles o si el interesado se ha distinguido por una actitud excesivamente partidista.
En fin, que, contrariamente a lo que sería de desear, la Carrera Diplomática se ha visto notablemente politizada en los últimos años, y a ello ha contribuido, de manera sensible, la práctica del Gobierno de Zapatero de nombrar embajadores “políticos”, es decir no diplomáticos de carrera, para algunas embajadas.
Varios de los beneficiados se resisten ahora dejar el puesto hasta no tener otro cargo asegurado, y ello condiciona los nombramientos.
Hoy por hoy, en cualquier caso, esto es algo de lo que se comenta en los pasillos de la moderna sede de Serrano Galvache y en la tradicional de Santa Cruz:
Agustín Santos, que fue jefe de Gabinete del ex ministro Miguel Ángel Moratinos entre julio de 2008 y su cese, hace dos meses, será nombrado en los primeros meses del año embajador ante los organismos de la ONU en Ginebra, un puesto que ocupa desde hace tres años Javier Garrigues. Pese a su cese, Santos ha seguido muy conectado con el Gabinete de la actual ministra, sobre todo con motivo de la última crisis del Sahara, ya que estuvo antes en el centro de las negociaciones del caso de Aminetu Haidar.
Javier Garrigues podría ocupar el puesto que dejaría libre Jorge Domecq como director general de Asuntos Multilaterales, para ser embajador en Filipinas. No obstante, Garrigues sigue aspirando, como varios diplomáticos más, entre ellos Luis Felipe Fernández de la Peña o Melitón Cardona, a la embajada en Moscú, para la que ya se estuvo preparando hace tres años hasta que, inesperadamente, el designado fue Juan Antonio March, diplomático y militante del PSC.
Javier Elorza, ex secretario general de Asuntos Migratorios y Consulares iría de embajador a la India, y Luis Arias, hasta ahora embajador en Filipinas, a Corea del Sur, que ha ocupado Juan Leña, incluso ya jubilado, con motivo de la celebración en Seúl del G-20.
Juan Fernández Trigo, embajador en Haití, que resultó herido en el terremoto ocurrido en ese país, será embajador en Paraguay una vez se encuentre acomodo al dirigente socialista gallego Miguel Cortizo. Fernández Trigo sería sustituido por Manuel Hernández Ruigómez, ex cónsul general en la República Dominicana.
Por otra parte, la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, ha decidido prescindir en su gabinete del asesor militar con que habían contado sus predecesores, mientras continuado rodeándose de colaboradores que tenía en Sanidad. El afectado ha sido el capitán de navío Santiago Berber, que sólo llevaba en el cargo ocho meses.
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