Lo dijo después de ganar un título, la Supercopa de Europa, y lo ha mantenido tras perder el otro que el Madrid tenía en juego este verano, la Supercopa de España, pero suena a imprudencia: «El mercado de fichajes está cerrado para nosotros» insiste Ancelotti. Todo apunta a que así será, Florentino mediante, a pesar de la discreta pretemporada del vigente campeón de Europa y de sus pobres registros de cara a portería. Con Cristiano mermado físicamente, confiar en Benzema y su definición es una temeridad que puede pagar cara el Madrid. El conjunto merengue se desangra por el nueve. Los números de Karim Benzema en sus últimos cinco meses con el Real Madrid son indignos de un punta blanco: un gol en 16 partidos, entre Liga, Champions, Copa, Supercopa de Europa y de España.
El Madrid está pidiendo a gritos otro delantero centro. O mejor dicho, un delantero centro. Lo tenía en Morata y lo vendió a la Juventus este verano. Y Benzema, por mucho que se siga disfrazando, es un segundo punta, pero nunca un rematador, un nueve de toda la vida vamos. «Yo estoy muy contento con Benzema. Aunque no marque, es útil para el equipo y no necesitamos otra solución» detalló anoche Ancelotti cuando se le cuestionó sobre el bajo estado de forma del atacante galo.
Benzema anotó la pasada temporada 24 goles en 52 partidos con la elástica blanca (17 en Liga, cinco en Champions y dos en Copa). Ni siquiera llega a gol anotado por cada dos partidos jugados, una estadística impropia de un delantero centro del Madrid, con todo el caudal ofensivo que genera el equipo blanco, por mucho que Cristiano acapare el protagonismo del mismo. Desde el Clásico del 23 de marzo de la pasada Liga, donde hizo un doblete, ya no vio más puerta en el torneo doméstico, ni en la final de Copa, ni en ninguna de las Supercopas. Sólo mojó en Champions contra el Bayern, en un gol muy importante, eso es innegable, pero de relativa facilidad ya que simplemente tuvo que empujar a puerta vacía un centro de Coentrao. Si finalmente se hace caja con Khedira y Di María, no estaría de más echar un vistazo al Principado de Mónaco, donde un tigre llamado Falcao desea vestir de blanco.
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