Para la gran mayoría de los aficionados blancos, es el mejor jugador de la historia del Real Madrid, con permiso de Di Stéfano y Raúl, pero la pregunta adquiere más fuerza según va avanzando la temporada. ¿Ha jugado ya Cristiano los diez mejores partidos de su carrera? La respuesta es bastante complicada, pero eso no es óbice para que la cuestión en sí esté en la calle como nunca antes.
Dudar de Ronaldo no es una falta de respeto, más bien es todo lo contrario. Al que ha sido el más grande hay que exigirle como tal. Le sucedió a Figo, Zidane o Roberto Carlos, por poner tres ejemplos de jugadores de otro planeta que han vestido la camiseta blanca en los últimos veinte años. Dieron tanto y tan bueno al Real Madrid que siempre se pensó que sería así, pero el paso de los años no perdona a nadie, se llame como se llame. Si, además, eres un futbolista que basas el ochenta por ciento de tu éxito en el físico, cada vela que se le añade a tu tarta de cumpleaños cuesta mucho más soplarla. Y algo así le está empezando a pasar a Cristiano.
El
presente dice que el futbolista portugués acaba de cumplir 31 y, aunque él presume de que lo ha hecho en su «mejor momento personal y profesional», la realidad es que su poder de influencia está bajo mínimos. Partidos como el de Granada, por irnos al más reciente, los ganaba el luso con media carrera y un golpe de tos. Y, una vez más, no hubo noticias de las cuatro cualidades que le han llevado a levantar tres balones de oro: velocidad, desborde, potencia y definición.Los números y las sensaciones de Cristiano en lo que llevamos de temporada hablan de un viaje de Ronaldo desde la estratosfera hacia a la Tierra con serias dudas de que lleve implícito un billete de vuelta.
Sí, continúa marcando una gran cantidad de goles, pero cada vez son menos decisivos y más de relleno. Todavía tiene tres meses por delante para darnos con la bota en toda la boca y lograr que nos comamos nuestras palabras. La remontada en Liga y la Undécima son dos retos apasionantes que tendrán final feliz o no para el madridismo dependiendo en gran medida del rendimiento del luso. En su mano está silenciar nuestras dudas. Pero incluso regresando a su modo ‘top’, con solo dos años de contrato por delante quizás este verano haya llegado el momento de pensar seriamente si una cifra de nueve dígitos con ocho ceros, proveniente de París o Manchester, sería el broche perfecto para uno de los tres mejores jugadores de la historia del Real Madrid. Su último gran servicio a siete años de ensueño.
