En los últimos tiempos se observa en Twitter y creo que en algunos sitios más de Internet un fenómeno curioso: algo así como una Alt Right española. La llamo de esta forma para entendernos, porque no parece tener ni su importancia, ni su organización, ni cierta deriva ideológica. Lo que se observa aquí es una nueva generación que se maneja en internet de un modo distinto. Que se maneja políticamente.
Suelen ser personas jóvenes, inteligentes y con una fuerte propensión a la sátira, al humor. Hacen un “trolleo” sofisticado a la hegemonía izquierdista (por tanto, también al centrismo) mediante el refinamiento irónico del retuit, la herramienta del “con copia” o mediante el “stalkeo” convertido en una forma casi artística de revelar el origen profundamente pijo de ciertas actitudes.
Estas personas son de derechas y forman algo alternativo, un poco underground, razón por la que creo admiten lo de Alt-Right. También porque su posición es ya completamente ajena a la prensa y derecha “mainstream”. Es como leerle Blancanieves a un adolescente, si lo admite será a su modo (y ya sabemos cuál será su modo). Con una orgullosa malicia van rompiendo el velo de argumentos y razones habituales y solo parecen mostrar cierta simpatía por Jiménez Losantos, quizás por su talento para el mote y la caricatura.
Hay algo corrosivo en ellos, pero su actitud ante la izquierda no es de queja, sino de superioridad. Como en la foto que ilustra e blog, el perfil de un chad anti-intelectual, de protuberante maxilar y poca frente que asume imperturbable la condición que se le atribuye. En internet ya funciona con total naturalidad lo de #teamfacha. Esa repetidísima (hasta lo cansino) expresión del “sin complejos” no sería necesaria nunca más con ellos. Obviamente, el anonimato es la forma habitual de presentación.
Ellos están completamente “rojopastilleados”, es decir, han tomado la píldora roja de Matrix que impide caer en el engaño progresista ambiental. Desde esa posición de apertura cruda a la realidad, realizan una labor corrosiva de todo el aparato ideológico y periodístico habitual. Han desarrollado unos anticuerpos importantes ante cualquier mensaje “editorial”.
Quizás su desarrollo tenga algún vínculo o al menos derive de la organización por Vox de su comunicación en la red, de esa especie de reconquista de Twitter frente a Podemos y su trabajo previo, pero parece que quienes actúan son individuos independientes. Hay cierta simpatía a Vox, pero no en bloque, y quizás no tanto simpatía a Vox como rechazo a las reacciones contra Vox. En este sentido, son sobre todo anti: anticommies, antinormies, antiwoke…
Son la respuesta española, derechista, juvenil y no organizada a la importación abusiva de la izquierda Woke a España por parte del Sistema (y siento usar esta expresión, pero es así). Hay algo de asumida beligerancia argumental, de sentido del bloque, de “guerra cultural” jugada.
El tono no es tampoco el conocido, las viejas cantinelas de los tertulianos de la derecha 78, sino el del meme, el link, y una batería argumental no pequeña que incorpora razones liberales-”buenistas” (buenistas de Oviedo) y hasta tradicionalistas junto a lecturas heterodoxas. Es como si el humor Forocoches fuera su preescolar, el básico, y luego pasaran por 4chan tras una adolescencia quizás de Mourinhismo, movimiento al que a veces recuerdan. Incorporan el talento textual, conversacional, de años de chat, de haberse criado ya con esa comunicación. Tienen una jerga propia, cierto estilo lacónico reconocible (entre la iniciación y la travesura) y recurren a Youtube e Internet en busca de conocimiento y figuras intelectuales oscurecidas por el Establishment cultural español.
Evidentemente, la normalidad argumental del oneguismo español (en sus viejas y nuevas formas) tiene poco que hacer con esta gente.
¿Cuál es su importancia? ¿Qué nos dicen de los jóvenes actuales? ¿Pueden ser semilla de algo o solo son solitarios con retranca en un mundo de normies y pastillas azules?
En 2015, escribir algo positivo o simplemente no negativo de Trump generaba una soledad cibernética y social profunda, desértica. En 2019, el Internet español está lleno de jóvenes que ya los quisieran en Oklahoma.