Esta foto (tomada de El Confidencial Digital ) corresponde a los comunistas españoles de stage en Corea del Norte. Los coleguitas de Cao. Comunistas un poquito de anuncio de Fanta (me encanta la manera en que esa marca ha asumido el cariz carca, sexualmente inofensivo, gazmoño que empezaba a tener el bebedor de fantas, cerquísima ya de la Mirinda, refresco mítico y freak). En la foto destacaban los puños en alto, claro. El saludo comunista, pero decaído, de quien no eleva la mancuerna lo suficiente al entrenar hombros.
El puño cerrado, pero no demasiado en alto. El puño en alto es puño de quien lo saca muy de vez en cuando y lo puede elevar un día por hacer el alarde. Puño ostentatorio, puño al sol. Es puño Bibiano, de socialista light que sólo empuña en Rodiezmo (Socialismo era puño interior, menos pugnaz, puño como de adorno,puño maceta del que salía la rosa o capullo, puño de pétalos).
Se entiende que el comunista programático y fetén el puño no lo eleve tanto, como no lo elevaban en los regímenes comunistas, pues menuda lata sería ir todo el día con el puño por encima de la cabeza.
Pero en la foto hay una enorme heterogeneidad en el empuñar. La juventud coreanófila es heterogénea, y se puede afirmar que hay variedad en el puño, pluralidad de puños.
El orientalismo es puño cerrado sin elevar, sin alegría, sin que se destaque. Es puño bajo.
El occidental es puño alto y sobre la cabeza, puño del que pueden ir colgando incluso puñetas venezolanas.
Pero estos muchachos, ya digo, tenían variedad de puños y unos parecían sacar bola como Popeye, otros ir en el bus y otras… otras parece que estaban esperando que les colgaran esos bolsos que están tan de moda, los bolsos de media asa.
Esta es una forma coreana de llevar el bolso que se ha ido poniendo de moda. Hace unos días, un reportero del Sálvame perseguía a la novia de Escassi mientras la muchacha caminaba con el brazo enhiesto y el puño cerrado portando muy digna un elegante bolsito. El bolso ya no se cuelga del hombro ni se lleva de la mano, sino que se coloca de esta guisa.
Así, ciertamente, el tironero lo tiene complicado, pero es que la mujer se convierte en percha de sí misma y se inventa un perfil de perchero andante.
Las mujeres caminan así, brazo elevado y puño cerrado, como en su propio comunismo del complemento, llevadas por la mayor disciplina de partido, que es estar monas.
Es, sin duda, una lamentable apropiación (otra más) de la gestualidad socialista por parte del capitalismo, que ha cogido a la militanta y le ha colgado un bolso.
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