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El falso Conceiçao

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La noticia del falso Flavio Conceiçao es hilarante.
Existe un falso Flavio que va por la noche intentando pegar sablazos a la gente. La verdad es que, salvo en el color, no se parece en nada a Conceiçao, pero cuela. Le meten en los photocalls y él saca el pulgar agarrado a chicas bien. “Todo ok”. Le invitan a las cenas, da gañotazos en las salas de arte… la historia la cuenta el exraordinario Aurelio Manzano (némesis venezolana de Belén Esteban durante tanto tiempo).
Pienso en el Flavio Conceiçao verdadero. En lo que estará pensando, desconcertado, del hecho de que hasta antiguos amigos suyos picaran. ¿Como es posible?
Los conocidos de Flavio caían en el error. Ni decir ya el público en general.
¿Cómo se le ocurrió al suplantador elegir esa identidad? Pudiendo ser el falso Makelele, el falso Baptista, el faso Robinho, el falso Finidi, el falso Karembeu… ¿Por qué eligió el falso Flavio Conceiçao?

Quizás fuera el único jugador con el que eso podía pasar. Es lo suficientemente célebre, pero en realidad parece que nunca jugó en el Madrid.
¿Alguien recuerda un gol suyo, incluso una palabra suya?
¡Todos nos olvidamos de él menos su suplantador!

A partir de un determinado momento, existió el nombre legendario, sonoro, multicolor de Flavio Conceiçao, pero no sabemos si existió Conceiçao.

Había un nombre ahí. Cualquier hombre negro y brasileño, con algo de desparpajo, podría haber sido Flavio Conceiçao.
Es más, incluso algún hombre blanco podría haberse atrevido.

Hubo un falso Nicholas Cage que fue agasajado en el palco del Bernabéu por un procedimiento similar. Decía llamarse así, y tenía un aire, ¿quién iba a conocerle en Madrid?

El suplantador es el gran delirante. Un americano podría llegar a España diciéndose Al Gore. Nosotros podríamos ser Antono Banderas en Honolulú. Sólo hayq ue atreverse a coger algo que está en el aire, que es común.

Pero lo genial de este suplantador es que, además de atrevido, era un optimista absoluto. ¿Qué provecho esperaba sacar siendo Flavio Conceiçao? ¿Esperaba que se le abrieran las puertas de la sociedad madriñeña?

Cuanto más se lee la noticia, más parece que el suplantador le estaba haciendo a Flavio un homenaje. ¿No quería rebañar la espumita de su fama, exprimirla, sacar unas pocas monedas con su recuerdo mítico? ¿No confiaba más en el nombre de Flavio Conceiçao que el propio Flavio Conceiçao, del que no volvimos a tener noticia?

Ahora que le han pillado nos damos cuenta de que queda vacante una identidad. Y de que el suplantador, en su actividad delictiva (o delictual, que diría la jueza Alaya), quizás estuviera cumpliendo un sueño juvenil. Después de la emulación quizás esté la suplantación. ¡Pero este suplantador suplantaba un olvido!
Los futbolistas llevan su gloria y la van gestionando el resto de su vida. Pero no sabemos si Flavio dejó alguna. Como la americana olvidada en una guardarropía, ahí estaba la fama de Conceiçao hasta que llegó este individuo a hacerle esta putada y este homenaje.

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