En varias informaciones periodísticas sobre el hincha (o lo que fuere) asesinado el domingo se repite algo curioso. Se dice: Aquí en este parque jugaba con su hijo. Esto es un dato irrelevante. Se sabe ya que tenía hijos. Ciertamente, es muy tierno el dato. Pero hombre, yo quiero leer lo de sus antecedentes y la forma en que llegó a tenerlos.
¿Y lo ultra o incluso lo no-ultra como negocio?
Otra cosa que sorprende es lo poco que se habla de la ultra izquierda. Hemos crecido temiendo a los Ultras Sur, al Frente Atético, a los Yomus y sí, con motivo. ¿Pero cuánta de la moderna violencia futbolera proviene de los grupos ultras de izquierda? De hecho, con motivo de la oportunista pancarta en favor de la anciana desahuciada (¡Quién la metió en eso?), en algún medio se habló de la “involucración solidaria” (‘?) de cierto sector de la grada rayista. Hay violencia de género, violencia en el fútbol… No, lo que hay es violencia. Y no tiene la culpa el Estado, ¿o también? ¿Y por qué, ya que nos ponemos exquisitos, no se mira la violencia gestual, verbal, intelectual, y finalmente física de la izquierda? Para que nada falte en la ecuación.
Por otra parte, claro, hay que pedir cuentas a la policía. Sobre todos los vecinos y comerciantes de la zona. Pero, ¿qué puede hacer el Estado si dos señores hacen todo lo posible para encontrarse? Hay algo de grosera irresponsabilidad en lo que se escucha. Como si uno hiciese todo lo que está en su mano para engañar a su mujer y cuando es pillado con otra en la cama estallase: ¡pero por qué no lo impediste? ¿por qué me dejaste hacerlo?
Además, se hace poca autocrítica. Ha habido mucha romántica adulación en algunos periodistas. Qué fondo, qué sonido, qué afición… Y ahora se reclaman reflejos a Villar, hombre, ni que fuera Keylor Navas. Nunca lo fue. ¿Qué va a hacer Villar a estas alturas?
Por último, también materia de telediario, resulta asombroso y hiere la sensibilidad ver a esos ex-trabajadores de RTVV esperando, empujando e increpando a Cotino en su entrada al juzgado.
Como última noticia, el excelente dato laboral de noviembre. “Nos preocupa la gente”.
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