La oferta gastronómica japonesa va mucho más allá del sushi. Entre lo más interesante está la cocina callejera que tantas veces asociamos con países pobres pero que en este país tiene una gran presencia. Puestos en la calle y restaurantes informales donde comer de manera rápida, que es algo que los japoneses hacen con frecuencia, y además con precios muy asequibles. Les resumo aquí varias experiencias de este viaje que incluyen desde el okonomiyaki hasta el kaiten sushi pasando por gyozas, soba, yakitori o teppanyaki. Ya saben que en Japón cada restaurante se especializa en un tipo de cocina. Vamos con ello.
KIJI OKONOMIYAKI. En los bajos de la enorme estación de Tokio, uno de los mejores sitios para disfrutar de estas tortillas (que algunos llaman las pizzas japonesas) hechas a la plancha con distintos ingredientes encima (carnes, pescados, verduras) y una salsa especial. Se hacen a la vista del público y en la barra y en las mesas los comensales tienen una plancha delante donde se mantienen calientes. Lo habitual es comer una por persona porque resultan bastante pesadas ya que suelen llevar también noodles fritos. Probamos varias: con carne de cerdo, calamar y tendones de vaca. Esta última, la mejor. Precios de cada pieza, entre 6 y 8 euros al cambio.
TIGER GYOZA HALL. En Asakusa, muy cerca del célebre templo Sensoji de Tokio, este modesto local ofrece buenas gyozas (las empanadillas japonesas) con distintos rellenos. Mejor las de carne. Unas fritas y otras al vapor, en este caso con salsas. Especialmente interesante la salsa de cilantro.
UKIYA. En la popular calle Pontochó, de Kyoto, donde se concentran decenas de restaurantes. Especializado en soba y udon, uno de los alimentos favoritos de los japoneses. Los soba son fideos de trigo sarraceno, más oscuros y con un sabor más fuerte que los ramen. El maestro los hace en la entrada, a la vista de la calle, manejando la masa con habilidad hasta obtener estos fideos. Me dijeron que estos de Ukiya son los mejores de la ciudad. No puedo asegurarlo porque no he comido los suficientes, pero están muy buenos.
Los hay calientes, en un caldo, o fríos. De los primeros probamos un kamosoba, con trozos de pato en ese caldo. De los segundos, los zarusoba, que se sirven en una caja de bambú, con salsa y alga nori aparte. Los acompañan con tres piezas de buena tempura. Y pedimos también unos udon (fideos más gordos y más blandos)) en caldo con tofu frito. Me gustó mucho este sitio.
MANTEN. También en Pontochó, Kyoto, este es un buen lugar para disfrutar de los yakitori, esas brochetas hechas a la parrilla. Las habíamos tomado muy buenas en la izakaya Tatemichi Ya (ver el post anterior), pero estas valen la pena. La variedad de kushiyaki es enorme, todo cabe en una brocheta. Verduras, pescados y mariscos, carnes de ternera, pollo y cerdo.… hasta unos huevos. De estos probamos los que hacen como cocidos, pero con la yema muy cremosa, envueltos en una tira de bacon.
Además, después de unos pickles como aperitivo, tomamos los de piel de pollo, los de carne de ternera, los de kimuchi (la versión japonesa del kimchi coreano) y los de anguila, estos últimos especialmente buenos. Trabajan muy bien la anguila en todo Japón, pero en Kyoto muy especialmente.
MACHIYA. En el gran centro comercial que hay junto a la estación de tren de Kyoto, un sitio con un razonable teppanyaki que permite salir del paso. Sentados en la barra vemos a los cocineros preparar los fideos y las carnes sobre la plancha. Luego se sirven directamente en la otra plancha que ocupa toda la barra y desde allí el comensal va pasando al plato lo que va a comer. Está bien el de ternera, aunque como aficionado a la casquería me quedo con el de lengua. Bueno también el yakisoba (los fideos fritos en la plancha con verduras).
CALLE DOTOMBORI. Dicen que Osaka es la capital gastronómica de Japón. No he tenido tiempo de comprobarlo ya que hicimos una visita relámpago a la calle Dotombori, el eje de la cocina callejera de la ciudad. Un auténtico espectáculo. Luces, fachadas adornadas con grandes figuras de lo que allí se vende (cangrejos, pulpos, bueyes o incluso un pez globo), mucha gente y mucho ruido.
Puestos en la calle de cangrejo, de wagyu, de gyozas… Pero lo más solicitado es el takoyaki, unas bolitas de masa que se rellenan de pulpo. Uno de esos puestos incluso está recomendado en la guía Michelin. Se llama Takoyaki Dotombori (foto que encabeza el post). Vale la pena acercarse hasta allí. Las hacen al momento por lo que hay que esperar un poco en la calle hasta que estén listas.
NEMURO HANAMARU. En el centro comercial Kitte, frente a la estación de Tokio, pertenece a una cadena de kaiten sushi (el que se sirve en cintas giratorias). Es una buena alternativa para comer un sushi muy correcto a precios más que razonables. Una larga cola de clientes locales en la puerta indica que el sitio está bien para una comida rápida.
Se pueden ir cogiendo las piezas de la cinta cuando pasan por delante pero también se pueden pedir directamente a los cocineros con unos papeles que hay a disposición de los clientes. Platitos de distintos colores, según el precio, con dos piezas encima. Platos que el comensal se va guardando y que permiten hacer la cuenta final de lo que se ha comido. Huevas de varios tipos, erizo, calamar, gambas, atún, tortilla japonesa, algunos pescados que no pude identificar… mucha variedad en un carrusel en el todo entra por la vista.
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