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Blogs Salsa de chiles por Carlos Maribona

Tres comidas en Suiza: Zúrich, Lucerna y Lugano

Tres comidas en Suiza: Zúrich, Lucerna y Lugano
Carlos Maribona el

Para el español medio, Suiza es un país demasiado caro. Especialmente ciudades como Zúrich, pero no se quedan muy atrás las restantes. Incluso si uno llega hasta el sur, a Lugano, con sólo pasar la vecina frontera con Italia los precios se reducen casi a la mitad. Aún así, estos días de largo puente he hecho un recorrido en familia desde Zúrich hasta Lugano, con final en el Lago de Como italiano, con la idea de visitar mercadillos navideños y de paso conocer algunos restaurantes de los que Michelin denomina Bib Gourmand, y que desde luego en ese país no responden al modelo de excelente relación calidad-precio porque en todos la cuenta final se dispara de manera importante. Estas han sido las experiencias en Suiza. Las del norte de Italia quedan para el siguiente post.

DREI STUBEN. ZÚRICH. Por fuera parece uno de esos restaurantes tradicionales suizos, de cocina popular. Lo mismo ocurre en sus comedores, con una decoración muy clásica. Servicio especialmente amable, aunque la mayoría de las camareras sólo hablan alemán. Lo mismo ocurre con casi toda la carta, a excepción del menú degustación, que sí está en inglés. En la cocina se ven ciertas inquietudes que se plasman en platos maridados con sake, o en la aparición de algunas espumas. Aún así, la línea es fundamentalmente clásica.

Fachada de Drei Stuben

Nos inclinamos por el menú degustación de cinco platos (116 francos suizos por persona, más 50 francos más por la opción de los vinos). Precios de estrella Michelin y no de Bib Gourmand, pero sabemos que restamos en una ciudad especialmente cara. Antes, un gin tonic en el que compruebo con horror que a Suiza ha llegado la moda de la ensaladas de ginebra. Una gran rama de una planta parecida al romero, y una tónica local, Gent, que no está mal. La ginebra no sé cuál es porque viene ya servida en el vaso.

Foie gras. Drei Stuben

Como aperitivo una correcta crema de calabaza en vasito, a la que sigue, como primer plato, un buen foie gras fresco, hecho en sartén, sobre un pan frito con guarnición de kumquat. Está rico. A continuación una crema de castañas bien tradicional, puro invierno, con un praliné de chocolate en el centro del plato. Espléndida combinación, con esos sabores de la cocina centroeuropea para el recuerdo. Sin duda el mejor plato del menú.

Sin ningún interés el tercer plato, un carpaccio de atún rojo, con vieiras y setas, que precede a una pieza de carne angus, muy sabrosa, con patatas al romero (demasiado enteras, difíciles de comer) y una salsa de pimienta. El postre es un tiramisú de jengibre con peras al vino y helado de canela. Como los platos anteriores, muy correcto, pero nada del otro mundo. Y desde luego no para esos precios.

Crema de castañas con praliné de chocolate

Por los vinos nos cobran 50 euros. Uno para cada plato. Para el foie gras, un passito siciliano de Planeta. Luego, dos blancos también italianos: Belvedere chardonnay y Curatolo Arini siciliano. El tinto, sorpresa, es un Hacienda Monasterio. . Y para el postre un vino de melocotón que no anoté. No está mal la selección, pero a ese precio… Al final, más de 180 francos suizos (unos 170 euros) por cabeza. No veo la excelente relación calidad-precio por ninguna parte. Y disculpen la calidad de las fotos, cenamos en semipenumbra.

FONDUE HOUSE. LUCERNA. No se puede pasar en diciembre por Suiza sin probar al menos una fondue. Y mejor de queso. Este restaurante, en el hotel Falken de esa preciosa ciudad que es Lucerna (de muy recomendable visita), está especializado, como su nombre indica, en este plato. Fondues chinas, borgoñonas o, las más tradicionales, de queso. A esa nos fuimos, con una mezcla de quesos vacherin y gruyere (foto que encabeza el post).

Fondue de quesos vacherin y gruyere. Fondue House, Lucerna

Con todo el ritual que una fondue merece. La olla al fuego en el centro. Al lado, una fuente, también sobre fuego, con patatas cocidas. Y dos platitos con trozos de pan. Como nota llamativa, un par de chiles sobre el queso y una salsera con aceite de chiles para añadir a voluntad. Como complemento, pepinillos y cebolletas en vinagre. Algo más de 30 euros por persona. Vinos pocos y muy caros. Probamos uno suizo, un Yvorne Clos de Rocher, muy normalito y cobrado a cerca de 60 euros. Visto lo visto, el resto de la comida lo hicimos con cerveza (Luzerne Bier). Sea como sea, hay que comer una fondue.

GROTTO DELLA SALUTE. LUGANO. Los grottos son restaurantes tradicionales que se encuentran en la Suiza italiana, en este caso en la turística Lugano. Este en concreto es un Bib Gourmand que me habían recomendado mucho, algo alejado del centro, pero donde cenamos francamente bien. Nada barato, claro.

Grotto della Salute. Comedor

Un sitio muy bonito y con buen ambiente, con una carta muy popular y un servicio especialmente amable. Algunos antipasti para compartir: buen paté de faisán (acompañado con unas frutas confitadas y picantes muy agradables y algo de queso), curioso flan de tupinambo, y unas alcachofas en ensalada, cubiertas con láminas de queso, francamente ricas.

Paté de faisán. Grotto della Salute

De las pastas caseras (no olviden que Lugano está en la Suiza italiana) probamos una recomendación del día, los tortelli de conejo y alcachofas, un gran plato. Estuvieron a la altura los tortelli de calabaza a la mantovana, y los casoncelli (una especie de ravioli) de carne. Todas de mucho nivel. Y dos carnes. Una milanesa estupenda, bien tradicional, con rúcola, tomates cherry y alcaparras (bien cobrada, eso sí, 40 francos suizos), y un hígado de ternera cortado en pequeños trozos, muy rico.

Ravioli de conejo y alcachofas. Grotto della Salute

De postres, todos muy bien, suflé de castañas con salsa de vainilla al ron, casatta de avellanas y panna cotta con frambuesas. Buen remate para una cena muy satisfactoria que acompañamos con dos vinos de la zona, de la denominación Ticino. Un blanco Ramolo 2014 de Gialdi, correcto, y un buen tinto, un merlot Moncuccheto, que nos recomendó el camarero y que no estaba nada mal. No están nada mal estos vinos del Ticino. Anoten este sitio porque vale mucho la pena si pasan por Lugano, aunque la factura subió hasta los 70 euros por cabeza con las cervezas del aperitivo incluidas.

Hígado de ternera. Grotto della Salute

Nuestra ruta siguió hacia el norte de Italia, con dos comidas francamente buenas (y a precios bastante más razonables). Pero eso se lo contaré en el siguiente post. Por cierto, la ruta era de mercadillos navideños: muy decepcionantes tanto los de Zúrich como los de Lucerna y Lugano. Mucho mejor el que encontraríamos más tarde en Como (Italia), pero de ese ya les hablaré.

P. D. Recuerden que estamos en Twitter: @salsadechiles

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