ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Salsa de chiles por Carlos Maribona

Las peculiares estrellas Michelin de Shangai

Las peculiares estrellas Michelin de Shangai
Carlos Maribona el

Cuando quedan sólo dos semanas para la presentación de la Guía Michelin de España y Portugal, que este año viene cargada de estrellas (un nuevo restaurante con tres, siete que recibirán la segunda, y 22 que estrenarán la primera), es bueno comparar nuestra guía con la de otros lugares del mundo. En uno de los post anteriores ya les comentaba que ni T’Ang Court, siendo un excelente restaurante, ni mucho menos Bo Innovation, ambos de Hong Kong, me parecieron a la altura de las tres estrellas que ostentan.

Tras Hong Kong, he pasado, como saben, unos días en Shangai. A diferencia de la etapa anterior iba aquí con muy pocas recomendaciones. En septiembre se presentó la primera edición de la Guía Roja dedicada a esta megaurbe china. En total, un tres estrellas, siete con dos, y 18 con una. El triestrellado es precisamente T’Ang Court, en el hotel Langham, hermano gemelo del que visité en Hong Kong. No tenía por tanto mucho sentido visitarlo ya que las similitudes son absolutas. No me interesaban tampoco las propuestas de los dos estrellas (imposible acercarse a ese Cantón 8 que dicen que es el más barato biestrellado del mundo). Así que opté por una fórmula tipo sondeo. Cogí la lista de los 18 con una estrella y seleccioné dos al azar de los que no tenía ninguna referencia. Este fue el resultado.

LE PATIO & LE FAMILLE. Este es el nombre con el que aparece en la guía, que lógicamente está en inglés, pero no se dejen engañar por el nombre, es simplemente la traducción del chino. La diferencia entre Hong Kong y Shangai es enorme en casi todo, principalmente en los precios, pero también en la comunicación. Pocos chinos hablan inglés, incluso en los restaurantes.

Camarero en Le Patio & Le Famille

Le Patio & Le Famille está en la calle Sichuán, a un paso del célebre Bund de Shangai, el paseo junto al río que permite ver un sky line apabullante. Pero en la entrada desde la calle no hay una sola referencia en inglés. Hay que adivinar que allí se encuentra un restaurante. Preguntando lo logramos. Peor aún al entrar. Ni la recepcionista ni ninguna camarera hablan otra cosa que no sea chino. Al final nos sacaron un folio que tenía varias frases en inglés con su correspondiente traducción, la primera de ellas “una mesa para dos”. Señalándola logramos que nos sentaran en un comedor en el que no había un solo occidental. ¿Lo podríamos llamar un chino para chinos? Menos mal que la carta tiene breves epígrafes de cada plato en inglés, así que señalando lo que queríamos (siempre a la aventura) pudimos comer. Francamente bien, por cierto.

“Todo el pato”

El comedor es muy bonito. Recuerda a los cafés de la ciudad de los años 30. Además, camareros con ropas tradicionales pero de diseño. Un servicio muy rápido y eficaz. Como es habitual en China los platos se sirven a la vez en el centro de la mesa, sin un orden predeterminado. Allí nos pusieron unas lenguas de pato marinadas y salteadas con pasta y pato frito al estilo tradicional, que llevaba incluidas las patas (las de andar) en la fuente.

Lenguas de pato marinadas y salteadas

Habíamos pedido también lo que traducían por “arroz frito al estilo de la madre”. Resultó que además del arroz frito, muy rico, el plato llevaba más pato. Qué se le va a hacer. Y finalmente, “steamed eggs”, esa crema suave y delicada, de huevo tan popular en china, que en nuestro caso llevaba trozos de hígado. Muy bueno todo, y en raciones abundantes. Para terminar, sin haberlo pedido, nos trajeron unos trozos de sandía. Con dos cervezas locales (Tsing Tao, creo recordar, no puedo verificarlo porque la factura está íntegramente en chino) pagamos al cambio 30 euros. Leen bien. Quince euros por cabeza en un estrella Michelin. Así es Shangai.

“Steamed eggs” con hígado

LAO ZHENG XING. Fue la segunda elección al azar. En la calle Fizou, en la parte más comercial de la ciudad. Aquí al menos tienen en la puerta un gran cartel con la imagen de la Guía Michelin ¿Recuerdan cómo eran casi todos los restaurantes chinos en España hace treinta años o incluso algo más? Pues lo mismo. Un comedor enorme, decorado con sus farolillos y otros detalles folclóricos. Mesas y sillas incómodas. Y ni siquiera ponen servilleta o toalla húmeda. Nada que ver con Le Patio & Le Famille, un restaurantito lleno de detalles. Ritmo cuartelero, chinos gritando en varias mesas (los chinos gritan mucho), presentaciones descuidadas… En fin. Una estrella de cachondeo. Al menos había aquí un par de camareras con las que medio entenderse en inglés. La carta en chino, con una mínima traducción del plato, pero sin más detalles.

Comedor de Lao Zheng Xing

De nuevo eligiendo al azar picamos varias cosas. Todo a la vez y al centro de la mesa. Anguila frita, muy seca; una especie de pastel de carne del que no conseguimos enterarnos del contenido, probablemente callos; y unos buns vegetales bastante bastos, muy lejos de esos dim sum maravillosos que probamos en Hong Kong. Como plato principal un pato asado y relleno, servido entero, cabeza incluida. Bastante sosote. Lo mejor el relleno y la salsa. Muy flojito todo. Si algún día van, sepan que hay tortuga marina (que se sirve también con su cabeza) o pepinos de mar, entre otras especialidades. De precio, un poco más que en el otro estrella, 35 euros para dos personas, de nuevo con cerveza. No merece la pena, pero es lo que hay.

Pato relleno

CHINA BISTRÓ. Es el restaurante del hotel Renaissance Yu Garden, donde nos alojamos. Iba sin mucha convicción y sin embargo me gustó bastante. Tiene una amplia carta de platos de distintas zonas de China bien resueltos y presentados. Pollo frito Sichuán, absolutamente bañado en chiles pero con un picante razonable. Cuello de cerdo salteado con verduras al estilo cantonés, muy agradable. Arroz crujiente con huevo.

Pepino de mar con salsa abalone

Y pepino de mar con salsa abalone. Ya saben que en China se comen la parte de fuera del pepino de mar y tiran lo de dentro, la espardeña. Como ocurre con el cangrejo peludo del que les hablé en mis post de Hong Kong, con los nidos de golondrina o con el abalone, el pepino de mar es otro producto cotizadísimo que para mí no justifica su alto precio. Textura gomosa y sabor bastante neutro que se adapta a la salsa que le pongan. También con cervezas aquí pagamos bastante más, casi el doble que en los estrellados, por aquello del hotel de lujo. Aún así 70 euros entre dos. Recomendable.

Pollo sichuán

P. D. Perdonen la calidad de las fotos. Perdido el iPhone en un avión.

P. D. 1. Recuerden que estamos en Twitter: @salsadechiles

Restaurantes Internacionales

Tags

Carlos Maribona el

Entradas más recientes