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Blogs Salsa de chiles por Carlos Maribona

Venta Melchor, cuchareo en Conil

Venta Melchor, cuchareo en Conil
Carlos Maribona el

Corría el año 1960. En Conil, más concretamente en El Colorado, al pie de lo que entonces era la carretera N-340 que unía Cádiz con Algeciras, abrían Melchor Almazo y Joaquina Muñoz una modesta venta, siguiendo el modelo hostelero tan habitual en la provincia de Cádiz. Sesenta años después, su hijo Juan Carlos y su mujer, Petri Benítez, mantienen viva la llama de la VENTA MELCHOR. El local ha sido reformado y ampliado con una gran terraza cubierta, pero se mantiene el comedor inicial, con todo el encanto de las viejas ventas, y sobre todo se mantiene esa línea de cocina popular y de proximidad que siempre ha caracterizado a este tipo de restaurantes.

Zona de tienda en Venta Melchor

Me gusta su lema, “una olla de verdades”. Olla porque uno de los grandes atractivos de esta casa es el cuchareo, los guisos caseros y tradicionales. Y verdades porque en la Venta Melchor se respira autenticidad, producto de cercanía sin trampa ni cartón. Genuina cocina de kilómetro cero. Su privilegiada situación, entre las huertas de Conil y muy cerca de uno de los litorales más ricos de España, favorece el acceso a una materia prima de máxima calidad que Petri trabaja con mucha habilidad en la cocina. Incluso, sin renunciar a la tradición, ha sabido ponerse al día y actualizar muchos de sus platos.

Zanahorias encominadas con aguacate

A diferencia de otras ventas, ya no se sirven desayunos en Venta Melchor. Pero, más centrados en la vertiente de restaurante, organizan jornadas a lo largo del año con mucho éxito. En mayo las del atún rojo de almadraba (uno de los productos bandera de esta casa, ubicación obliga), las de las huertas de Conil (sacando el máximo partido de verduras y hortalizas) y, en marzo, las de cuchareo gaditano. Una apoteosis de los guisos tradicionales de la zona. Berzas rurales de coles o de judías verdes con calabaza y chícharos; guisos marineros como las papas con cazón y chícharos en amarillo, las papas con chocos, o las caballas con fideos; estofados de costillas con papas…

Berenjena con almejas

Pasé por allí a cenar hace un par de semanas, días antes del confinamiento, en buena compañía: Fernando Huidobro y Mayte Carreño. Compartí con ellos, y con Ángel León, una interesante mesa redonda en el hotel Gran Meliá Sancti Petri dentro del Foro Turismo Cádiz. Mientras negociamos el menú con Petri, llegan unas aceitunas y unas zanahorias encominadas con aguacate. No se puede empezar mejor. Qué ricas esas zanahorias, cuyo color brillante ya invitaba a comerlas.

Alcaucil con habas y chícharos

Como digo, el atún rojo de almadraba es una de las banderas de esta venta. Presentado en un tartar cortado en trozos gruesos al que Petri incorpora el toque “moderno” de un crujiente de algas de estero. La huerta aparece en un revuelto de berenjenas con almejas, una idea de la cocinera que funciona muy bien. Estas almejas de Carril son uno de los escasos productos que no proceden del entorno. Y más huerta con un plato emblemático de la Venta Melchor, los alcauciles de Conil con habas y chícharos. Los suelen preparar en esta época, cuando llega la Semana Santa, aprovechando la temporada de estas hortalizas, primas de las alcachofas. Lo importante es que están buenísimos.

Mero entomatado

Hay que tomar siempre algún pescado de Conil. El mar esta muy cerca. Me quedo con las ganas del pez cochino, que también se conoce en la zona como ballesta, o del borriquete, que son menos habituales. Pero Petri insiste en que probemos el mero entomatado. Y acierta. Magnífico. Pescado de calidad en su punto exacto y una salsa de tomate casero que es una maravilla.

Guiso de garbanzos con tagarninas

El nivel está muy alto, pero faltan los guisos. Hacen honor a su fama. El cuchareo de Venta Melchor es de lujo. Sobre todo los guisos de garbanzos, que como saben son la legumbre gaditana por excelencia. Petri utiliza los de Naveros, de especial calidad. Cremosos, se deshacen en la boca. Muy ricos con rabo de ternera retinta, pero el listón más alto lo ponen los garbanzos con tagarninas, que son de esos que quedan en la memoria. Por supuesto con su correspondiente “pringá”, servida en fuente aparte. Me hubiera comido una sopera entera.

Guiso de garbanzos con rabo de retinta

Y de perdidos al río. El remate dulce de un flan de cabello de ángel, tan rico como contundente, buen ejemplo de la repostería casera que se elabora en Melchor. Mucha atención a la bodega, con una completa oferta de vinos andaluces, especialmente gaditanos y más especialmente del Marco de Jerez. Perfecta compañía para esa cocina casera que bordan en esta venta. Vayan apuntándola en sus agendas.

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