Me apasiona el jamón ibérico. El buen jamón ibérico, claro, que en esto, como en todo, hay mucho fraude. El jamón de cerdo de raza ibérica, sin cruces, criados en libertad en la dehesa, alimentados con bellotas durante la ‘montanera’ (de octubre a febrero). Jamones madurados lentamente en las bodegas naturales (entre 18 y 24 meses) para adquirir su aroma y sabor característicos. Y, fundamental, jamones cortados a mano por expertos. Digo todo esto porque hoy he estado almorzando con algunos responsables de Sánchez Romero Carvajal (grupo Osborne), que son los que elaboran los jamones Cinco Jotas, jamones de Jabugo que están entre los de más calidad de España (con Joselito y algunas marcas pequeñas de Montánchez).
Han preparado unas jornadas gastronómicas de la matanza del cerdo ibérico que se pueden encontrar desde el martes en todos los restaurante de El Corte Inglés e Hipercor de España. Platos que no sólo incluyen el jamón y otros embutidos de primera calidad como la caña de lomo, el morcón o el chorizo sino diversos cortes del cerdo ibérico que vale la pena disfrutar: el solomillo, la presa, la carrillada, la pluma, el secreto, la tira del espinazo o las castañuelas. Ya saben, del cerdo, hasta los andares. Vale la pena acercarse hasta el 8 de abril a disfrutar de estos peculiares cortes de nuestro animal más representativo.
Otros temas Carlos Maribonael