En algunos de los post más recientes ha salido a colación CHANTARELLA, uno de mis restaurantes favoritos en Madrid (lo siento David, este me gusta), con algún que otro comentario poco positivo. Así que como hace tiempo que no pasaba por allí, me fui el sábado a cenar, para comprobar como está la cosa. Y la verdad es que volví a comer francamente bien. Empezamos con unos aperitivos variados muy correctos: gazpacho copn granizado de pepino; calabacín con morcilla; anchoas en salazón (espléndidas); terrina de foie; croquetas de boletos con salmorejo, y unas ricas chuletitas de conejo. Luego, un sashimi de atún con guisantes y brotes (magnífico); el ya clásico huevo con pisto (que sigue estando muy bueno); un risotto de ibéricos y parmesano (bien, pero quizá lo más flojo); corvina con pimientos asados, tirabeques y erizos (¿cómo no incluí la corvina entre los grandes pescados en el post anterior?, de quitarse el sombrero); y cochinillo asado (crujiente y tierno, plato que ha recibido varios premios). Los postres, como siempre en la cocina de los hermanos Díaz, lo más flojito: bien a secas la piña asada con helado de coco y la torrija con helado de café con leche; regular el chocolate blanco con frutos rojos, y muy flojita (insípida) la cuajada con frutas. Como siempre, María José Monterrubio encantadora (lo siento David, es ya amiga mía después de tantos años), aunque con algunos problemas de servicio en la sala por falta de personal.
Y como buena noticia, han recuperado el primitivo CHANTARELLA de la calle Luisa Fernanda, 27, junto a Ferraz. Allí está ahora uno de los hermanos Díaz, Quique, ofreciendo un menú al mediodía por 15 euros y carta por la noche. Todo más informal y sencillo que en Doctor Fleming, en la línea de su primera época.
Y una última cosa. He comido hoy en BALZAC, ya sin Andrés Madrigal pero con un entonado César Martín (también asiduo lector de este blog) como nuevo cocinero. Muchos le recordarán del malogrado LA ABACERÍA DE LA VILLA, un sitio que desgraciadamente no salió adelante por diversos motivos extragastronómicos. Impresión muy satisfactoria, con el impagable trabajo de José María Marrón en la sala, pero no voy a contarla aquí porque será mi crítica del próximo viernes en nuestra guía Madrid 360.