Carlos Maribona el 16 oct, 2006 Aprovechando la estancia en Madrid de unos parientes mexicanos que visitan España, estuve el sábado en Aranjuez y, naturalmente, aproveché para comer en CASA JOSÉ. HacÃa casi un año que ni iba y la impresión ha vuelto a ser magnÃfica. Fernando del Cerro está en un momento de forma impresionante y ha encontrado a través de las verduras y hortalizas de las huertas del Tajo un camino propio e inteligente. Busca personalmente a los productores y selecciona con mimo cada producto. A ello hay que unir puntos de cocción muy precisos y toques delicados en los platos. Probablemente sea en estos momentos, junto a ARS VIVENDI, el mejor restaurante de la Comunidad de Madrid fuera de la capital. La autopista de peaje (R-4) permite plantarse allà en pocos minutos, y la amabilidad de la familia Del Cerro invita a la visita. Otro detalle, pese al éxito no han aumentado el número de mesas para garantizar la atención en la sala y la calidad de la cocina. Fiel a los productos de temporada, el retraso del otoño hace que todavÃa no haya podido renovar la carta como a él le hubiera gustado. Pero el menú degustación que nos sirvió (64,90 más IVA) fue de quitarse el sombrero. Se lo cuento. Para empezar un aperitivo de almejas sobre tomate rojo y amarillo (muy bien), seguido de una original ensalada de careta de cerdo y ostras con berros (también muy bien). Después vino un tartar de cigala y boletos con salsa de piñones (una delicadeza). A continuación uno de los platos que més se nos quedó grabado, la lechuga frita sobre carpaccio de setas con un ravioli de panceta y guisantes a la menta (el ravioli, por sà solo, ya era espléndido, pero se integraba perfectamente en el plato). Seguimos con otro plato de verdura extraordinario, el milhojas (carlota) de calabacÃn con chipironcitos. Luego, una sardina a la plancha sobre tomate y corujas (bien, pero inferior a los anteriores). Y después un excelente flan de berenjena (otra vez las verduras perfectamente tratadas). Falló el siguiente plato, un mero a la vainilla (el mero bien, pero todo lo que lo rodeaba, espuma incluida, totalmente insÃpido). Con las carnes recuperamos el nivel: el cordero asado, tierno y suave, una delicia; y la tórtola con boletos y uvas, magnÃfica. Buen nivel también de los postres, primero uno de queso fresco con helado de tomate y crujiente de pimiento dulce; luego, un chocolate nego y blanco sobre bizcocho de moras y granizado de mangostán. Los dos técnicamente complejos y de mucha categorÃa. Regamos el menú con un blanco CERVOLÉS 2005 y un tinto del Bierzo, el CORULLÓN 2001. Dos grandes vinos de la magnÃfica bodega que maneja Armando, el hermano de Fernando. Si no lo conocen, este es el momento. Además, la llegada del otoño hace de Aranjuez uno de los escenarios más bonitos de la Comunidad de Madrid. Otros temas Comentarios Carlos Maribona el 16 oct, 2006