Es una maravilla. Hasta mediados de enero permanece abierta la exposición “De Mar en Mar”, de la artista Tacita Dean (Canterbury, Inglaterra, 1965), que ha llenado la sala de la Fundación Botín en Santander con una mirada única. El profundo interés por la recuperación del pasado mediante la exploración del presente es un elemento que se hace patente en la mayoría de los trabajos de Dean. Sus expediciones se asemejan a excavaciones arqueológicas que desvelan una sucesión de poéticas coincidencias entre el pasado y el presente. La culminación de la obra solo se alcanza tras la exhumación de los vínculos que enlazan tanto las diferentes épocas, como la vida personal de Dean y las de sus protagonistas.
De Mar en Mar, bajo el comisariado de Vicente Todolí, reúne una amplia gama de medios como películas, fotografías, dibujos y sonidos. El mar ha desempeñado un papel crucial en la obra de Tacita Dean, se convirtió en una fuente de atracción magnética para la artista y de él se nutrió en las obras que presenta en esta exposición y que abarcan desde 1994 hasta 2008, utilizando una gran diversidad de soportes materiales para entretejer unas historias que tienen como nexo común el mar, ya sea como fondo, como elemento conector o como protagonista.
De entre las obras de esta muestra destaca la belleza de sus dibujos de tiza sobre pizarra, que comenzó a realizar en 1992, cuando aún estaba cursando sus estudios en la Slade School of Fine Art de Londres. Surgieron inicialmente por cuestiones de necesidad, pues esas planchas constituían el único material que tenía en su estudio. A principios de los años 90, y a partir del libro de donde surgiría Girl Stowaway, Dean comenzó a dibujar una serie de escenas del mar que fotografiaba y después borraba para pintar de nuevo, generando un dibujo móvil, en el que cada nueva imagen recogía los restos de la anterior. Para la artista, los dibujos sobre pizarra están íntimamente ligados al mar, a su flujo constante, a su movimiento sin fin, hasta el punto de que ella misma ha reconocido su dificultad de trabajar en pizarras que no están conectadas con el mar. Los dibujos de Tacita Dean tienen como referente al pintor Cy Twombly, emblema del silencio, de un modo de estar que la artista impone a sus películas, sean estas hechas de dibujos o de imágenes.
The Roaring Forties: Seven Boards in Seven Days es una de estas series de “dibujos cinematográficos” en las que la pizarra aparece como una superficie negra y profunda en la que se desarrolla un drama en siete actos. The Roaring Forties (Los Cuarenta Rugientes) es el nombre dado a una zona en el hemisferio sur entre los 40º y los 50º de latitud, que es conocida por sus fuertes vientos, donde se supone que Donald Crowhurst desapareció en el Atlántico. Tacita Dean utilizó viejas postales como referencia para construir las escenas, que incluyen tormentas, un barco navegando a toda vela, o escenas de marinos inmersos en las tareas de navegación. En The Roaring Forties, las referencias cinematográficas se acentúan por las anotaciones de la artista, que puntúan las escenas con frases como “vista aérea”, “fundido a negro” o “corte”.
Además, la exposición presenta dos obras inéditas, dos pizarras que la artista conservaba y que ha dibujado de nuevo en Santander, situándose a la entrada de la sala.
Tacita Dean nació en 1965 en Canterbury, Gran Bretaña. Actualmente vive y trabaja en Berlín. Ha celebrado exposiciones individuales en la TateBritain de Londres (2001), el Schaulager de Basilea (2006), el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York (2007), la Nicola Trussardi Foundation de Milán (2009) y el MUMOK de Viena (2011). Dean fue candidata al premio Turner en 1998 y ganó el premio Hugo Boss en 2006 y el KurtSchwitters en 2009. Entre sus últimas exposiciones se encuentran las organizadas en el New Museum de Nueva York, en Documenta (13) (2012) y en la Arcadia University Art Gallery de Filadelfia, donde se mostró su último proyecto audiovisual, JG (2013).
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