Es un hecho que el hombre tiene que controlar la ciencia y chequear ocasionalmente el avance de la tecnología.
(Thomas Henry Huxley)
A proa y a popa se elevaban, a escasa altura, dos cabinas de paredes inclinadas y parcialmente cerradas por espesos vidrios lenticulares: la primera, destinada al timonel que dirigía el Nautilus, y la otra, a alojar el potente fanal eléctrico que iluminaba su rumbo. Tranquilo estaba el mar y puro el cielo. El largo vehículo apenas acusaba las ondulaciones del océano. Una ligera brisa del Este arrugaba la superficie del agua. El horizonte, limpio de brumas…
Julio Verne. “20.000 leguas de viaje submarino”.
Robots submarinos. Stands repletos de ellos. Pequeños, grandes, de bolsillo. Para sumergirse a poca profundidad. Para llegar a vastas profundidades. AUVS. Sonares multibeam de todos los tipos. Cables de comunicación. Cámaras de alta definición submarina. Gliders. Decenas de ellos. Estamos presentes en La Feria Internacional de Oceanografía, Oceanology, la más importante del mundo. Una feria que alberga desde hace 30 años, las principales novedades del sector. El de la industria, la universidad y los gobiernos. El genial modelo de la triple hélice de Etzkowitz y Leydesdorff , hecho realidad. En forma de exposición. Afortunadamente esto de la mar, tiene mucho caso de laboratorio. El que define como el de verdadero progreso para una sociedad. Y la mar parece, por su historia. Que siempre estuvo caminando junto al progreso de las ciencias. En Londres y sobre la moqueta azul, en el pragmático EXCEL, comparten, desde el Martes, al jueves, sus conocimientos. El de los principales avances existentes en los dos últimos años. Todos los países que encabezan la investigación en este sector, están presentes. Y como ha ocurrido anteriormente en las dos ediciones anteriores, aquí nos encontramos, para conocer y contar de primera mano las innovaciones, novedades y descubrimientos del sector. Tras recorrer sus pasillos. Fotografiar los principales avances. Hablar con sus protagonistas. Preguntar que resultados podrían tener aquí o allí. Cuestionarse. Y preguntar, preguntar aquí y allá, para compartir modestamente, algunos de los detalles de tan importante feria del sector, con los lectores de ABC y “espejo de navegantes”.
La Oceanology es parada obligatoria bianual para saber quien es quien, en esto de la producción de tecnología submarina. Hablar de tecnología en el siglo XXI y de su utilidad, a estas alturas sobra. Para trabajar en el mar y obtener resultados. Su uso. Básico. Al menos en diferentes industrias y ciencias como la biología, oceanografía, geología, etc… Al hablarles de arqueología. Mucho de estos ingenieros y tecnologos, son unánimes. Salvo honradas excepciones, se suele utilizar poco. Y a tenor de sus palabras, parece que tienen todo el campo del mundo. Su uso, en un medio hostil, profundo y vivo como es la mar, se antoja como trascendental. El reto de futuro, de presente, pasa irremediablemente por el uso adecuado de la misma. Sin tecnología. Sin la tenencia de la misma. Sin el conocimiento. Sin la experiencia de haberla probado una y mil veces. Sin programas de investigación que la utilicen como herramienta básica para objetivos concretos. Sin todo esto. Simplemente se haya uno, para estos técnicos, “out”. Las palabras de uno de los principales Ingenieros de una de las firmas líderes en materia de exploración, lo dejaba bien claro en este sentido; “Las profundidades, son como el espacio. De hecho los conocemos mejor en muchas ocasiones, que las profundidades marinas. ¿Qué se hubiese conocido del espacio sin tecnología?. Nada. Pues con la mar ocurre lo mismo. Sin tecnología marina. La exploración metódica, con objetivos del medio marino, es imposible. Si no usas tecnología estas “fuera de juego”. O a merced del azar. Y el azar es oscuridad. No es ciencia, en la mar.”.
Y en cuestión de tecnología para explorar e intervenir, estamos en el epicentro bianual internacional. E inexplicablemente, como comentaban los compañeros representantes de la Universidad y otras instituciones, con los que acudíamos a la feria. Apenas había Españoles en este “mar de soluciones”. El del mar de soluciones, era el título que los especialistas en comunicación de la Oceanology, habían dispuesto como principal lema. El de las soluciones. Respuestas ante los problemas que el mar siempre acompaña, y que bien conoce el amable profesor Ralph Rayner. Una de las principales mentes y arquitectos de esta feria bianual internacional. La inexistencia de Españoles en un mundo dominado por especialistas anglosajones, alemanes holandeses y americanos, es una realidad que se encuentra uno en los pasillos de esta feria. También lo fue así en la del 2012, cuando pude presenciar de primera mano, el impresionante universo de esta feria bianual.
A pesar de ser un país, el Español, que se encuentra rodeado de mar. Y a pesar de la experiencia de Instituciones de Oceanografía de tanto prestigio internacional, como es el IEO (Instituto Español de Oceanografía, que este año precisamente cumple 100 años), que tan buen trabajo desarrollan en sus múltiples líneas de investigación desde hace decenios. De los 525 agentes expositores de la feria internacional. Tan sólo 2 eran españoles. En cifras representaríamos en esta feria internacional, el 0,2 de la innovación resultante en materia de tecnología submarina. Estas cifras, lo que nos dejan bien claro, a bote pronto, es que somos un país receptor de tecnología en el medio submarino. La compramos. La adquirimos. A pesar del talento y la creatividad existente en el país, por parte de muchas empresas de base tecnológica. Debe existir alguna explicación para esto. A la hora de preguntar porque tan pocos Españoles por estos lares, Robert, experimentado ingeniero sueco, nos ofrece su visión sobre la cuestión.“La sociedad. Vuestras gentes ha olvidado la mar. No forma parte de sus vidas.Y eso que habéis tenido tradición. Nadie tiene en la actualidad, familiares, amigos, abuelos que les cuente de que va esto de la mar. Que vivan de la mar. Que piensen sobre la mar, como ocurre en Suecia, o aquí mismo en Reino Unido. Dominasteis el mundo por la mar. Y le habéis dado la espalda como sociedad. Como biólogos y oceanógrafos, a pesar de la economía y sus ajustes presupuestarios; si que tenéis buenos. Pero yo hablo de la sociedad, de las familias, de las empresas, de las gentes, de las mentes que inventan. De una sociedad que demanda y es crítica con la mar, con lo que se hace, o no se hace con ella”. Además de la voluntad, también le sumaba la cuestión de la crisis. Así de sencillo sentenciaba.
Un par de pasillos más. Después de abandonar la conference room, nos lleva directamente a la zona de sonares. De teledetección. De exploración. En relación a la cuestión arqueológica, esto del sonar tiene su importancia. Aquí se encuentran la mayoría de las novedades. Cada año aparecen modificaciones, que mejoran a la anterior. Los AUVS reconocen el fondo de los mares hasta el más mínimo detalle. Los sonares multibeam te dibujan el fondo marino con una impresionante nitidez. Los software en 3D ya realizan autorretratos de cuerpo entero, nos venden la idea que hasta el milímetro. Y nos muestran los resultados digitales para avalarlo. Ya sean afloraciones rocosas o la figura de un bombardero de la II Guerra Mundial, tal y cual mostraba uno de los expositores franceses. País, que con IFREMER a la cabeza, este año habían tomado un mayor espacio. Siendo una de las referencias, con al menos una treintena de expositores, de la zona central de la Oceanology. Muchos de ellos en materias científicas multidispiplinares, que juntas hacían un buen discurso científico sobre la mar. Pero estábamos con los sonares y sus servicios para la arqueología. Continuemos por sus pasillos.
En esencia. ¿Como se pueden Localizar restos arqueológicos submarinos allá donde no llega el buzo?. ¿Son importantes o pueden llegar a ser importantes los mismos?. Pues a la primera pregunta, la única manera y no hay otra, es con tecnología. Con sonar. En esto de la exploración submarina, la revolución de unos años hacia acá tienen como protagonista estrella a los AUV. Uno de ellos, naranja, con su llamativa e inconfundible forma de torpedo, nos espera como telón de fondo para la próxima entrevista. Parece un poco más pequeño de los que se mostraban en años anteriores. Y aunque podría equivocarme, lo que si es cierto, es que en estos vehículos no tripulados (de ahí las siglas de AUV), se antojan como vitales para la exploración de grandes superficies marinas. Como suele ocurrir con la tecnología. Aumentan y mejoran en prestaciones, cada vez que pasa el tiempo. Y una máquina de estas, ya tiene en su estructura desde cámaras de vídeo/foto de alta definición, teledetección y sonars. Un paquete de lo más completo para precisamente eso. Explorar el fondo marino con garantías. Y sobre todo eso, la capacidad de rastrear al milímetro, cada 300 metros de su navegación a cada lado del torpedo. Son controlados y alimentados desde la superficie por el operador. Y se sumergen como un submarino. De hecho su forma hidrodinmica es notablemente evocadora. No es casualidad que los primeros AUVS surgieran de los años setenta, de la mano de los laboratorios de innovación del MIT de Massachussets.La de Boston. En la actualidad sigue siendo, una de las universidades del mundo punteras en materia de investigaciones en esta materia. También de las más activas en materia de arqueología submarina y profundidad. Ellos lo llaman materiales científicos e ingeniería. Avanzan en la ciencia con un programa científico de hace decenios. Ya sea en cooperación con otras universidades del país o del mundo. En programas científicos estatals o incluso en cooperación con otros países. En torno al AUV de Konsberg. Aquí en la Oceanology 2014, se arremolinan en su stand mucha gente. Desde contractors. Técnicos. Ingenieros. Gente de la mar. Ante el sistema de propulsión del vehículo no tripulado, y tras el café nos da tiempo a tener una interesante y larga conversación. Tras hablar con varios Noruegos, tengo la enorme suerte de compartir con nuestro delegado Español de la firma escandinava. El experimentado Vicente Carrasco, una segunda y profunda conversación. Por su interés y extensión, la vamos a presentar en próximo post para “espejo de navegantes”. Se la merece. Como aquí, pretendemos realizar un resumen general de la ocenology, dejemos una pequeña referencia. Escogiendo uno de sus concisos, pero clarificadores testimonios llenos de sentido común, Vicente nos dejaba un; “Es difícil entender, ni imaginar, la exploración del lecho marino más allá de 50 metros de profundidad, sin tecnología. Y aquí, es donde los avances técnicos, permiten también avanzar en la ciencia. En diferentes países, también en España, aún queda mucho por hacer en esta materia. Y se puede hacer. Un problema se podría convertir en toda una oportunidad. Es cuestión de ponerse. De no relegar el único camino para la exploración y el descubrimiento de algo importante para España. Que son, su historia. Sus pecios. Con tecnología se podría abrir nuevas puertas al conocimiento”.
Y claro. Al ver como funcionan, comprobar su metodología, y observar los resultados del uso de los aparatos más sofisticados en exploración. Es fácil entender la importancia que adquieren en la exploración. Preguntamos sobre algunas cuestiones que ya conocíamos en relación a la prospección submarina. En España, desgraciadamente en materia de arqueología submarina, a día del 2014, no tenemos publicado, ni antecedentes alguno con estas máquinas. Los equipos de AUVS, se antojan como la principal herramienta para explorar grandes superficies marinas. De manera metódica y ordenada. De hecho es la máquina que se utiliza para detectar múltiples cuestiones en medio de la inmensidad del mar. Entre otras cosas para localizar minas. En arqueología, no tenemos datos en nuestro país, salvo lo realizado paradojicamente por un equipo británico (el de la BBC) en aguas de soberanía Española. En una magnífica serie documental de la televisión británica. Una televisión que al servicio de su sociedad, demanda continuamente saber sobre su herencia marítima,. Teniendo en programación habitualmente programas que hablen sobre su legado marítimo. En este caso, y en esta serie documental, se sumergen en el agua para grabar a un conocido pecio de una de sus múltiples guerras. En esta ocasión de la II Guerra Munidal. En el otoño del 2002 (ya han pasado 11 años), con su barco nodriza, se aproximan al área de estudio. Pretenden localizar el portaaviones británico Ark Royal. Nave de guerra británica hundido por el submarino alemán U-81, en pleno conflicto de la segunda guerra mundial. Fue un barco ilustre. De sus cubiertas despegaron los responsables del hundimiento del bismarck, y es el protagonista central de la serie que filma en la actualidad, a muchas de las naves ilustres para el Reino Unido, hundidas por el mundo. Para el gozo de los amantes de la mar y sus historias. Y la historia de este barco, que curiosamente tenia fama de “tener suerte”, (ya que había escapado con vida de diferentes acciones bélicas peligrosas en la mar), aún estaba por dibujar en el presente. En alta mar. En aguas según los archivos históricos, que se encuentran frente a Estepona. Para su búsqueda se utilizó uno de los AUVS, que en esta Oceanology, son aún mas sofisticados. Utilizaron un HUGIN, precisamente de la compañía Konsberg. Muy parecido, aunque de una generación anterior, al que disponemos en una foto anterior. AUV de la marca norteamericana, C&C technologies. Equipado para la ocasión con equipos de teledetección, que le permita localizar el casco de acero de todo un portaaviones. Fueron y lo localizaron. Al más puro stilo Cesariano, del Vini, vici, vidi. El resumen de como lo exploraron y sus resultados lo tienen ustedes en el curioso artículo de divulgación tecnológica y marítima de Daniel Warren, Robert Church y Rick Davey, “Discovering HMS Ark Royal” . Si se quiere conocer básicamente como se desarrolla una prospección arqueológica en profundidad (esta prospección, desde luego que era todo un reto. Fue localizado finalmente a 1066 metros de profundidad), con uso de tecnología, este podría ser un buen artículo. De hecho no existen muchos en los que se utilice un AUVS. Por si existiese alguna duda. El artículo te lo describe perfectamente. Como si se tratase de un eje cartesiano. Se sumerge el AUV. Comienza a navegar y a detectar en las coordenadas elegidas. Y anchas castillas. O más bien. Anchas llanuras del condado de Merseyside. Que es donde se encuentra el astillero en el que fue construido el ilustre poortaviones. Porque si tenemos que hablar de estepas. La naturaleza de la tecnología y el uso de la misma es de esos lares. Ante los monitores de los técnicos de superficie comienzan a aparecer aviones (los famosos swordfish) y un montón de material arqueológico disperso por el lecho marino. Todo formaba parte de la estructura de la nave. Su casco, de proa a popa y escorado, descansa junto a la zona localizada por el AUV. Allí descansa el HMS Ark Royal. Allí se contó en el presente, la historia de su búsqueda y localización. Una historia más que dispone una piedra más en el palmares de interés y de conocimiento de la sociedad británica, por sus naves. Sus barcos. Su pasado. Con la cubierta del Ark Royal llena de colores procedentes de los datos del sonar de a bordo, pasamos por algunas anécdotas de esta localización y de muchas otras. Las de todo un mar de pecios encontrados en ese impresionante cementerio de barcos que es el lecho marino. De hecho la historia ha hecho su trabajo. Ha depositado a través del paso del tiempo, miles de barcos a lo largo de los siglos.
Y si tenemos que hablar de intervenir en los profundidad, no tenemos más remedio que hacernos ecos de los resultados y significados de los ROVS. Dejamos de lado el interesante mundo de los multibeam y de los AUVS, para adentrarnos en otro elemento básico, para lo que podría denominarse “operar e intervenir”. Sobre ellos, también tuvimos la ocasión de hablar, largo y tendido. En esta ocasión en los diferentes stands de los líderes mundiales en el sector. En esta ocasión con Saab, FMC technologies y Teledine, entre otros. Pero antes de llegar a la zona de estos cacharros de “trabajo y operaciones” de profundidad, hacemos una parada en los sea gliders. Sobre todo `por el interñs que ha levantado curiosamente en muchos curiosos. E incluso arqueólogos. Los conocidos “planeadores del mar”. Se ha hablado muchos de ellos, pero para temas de arqueología no tienen utilidad. Ahora bien tener conocimiento de los mismos, es apasionante. Su principal innovación. Su transmisión de energía, que les facilita desplazarse por los mares de todo el mundo fácilmente y con asombrosa autonomía. Centenares de ellos. Y de manera autónoma, ahora mismo están tomando medidas de temperatura, conductividad, salinidad, corrientes, clorofila, variables ópticas y batimetrias, en los lugares más insospechados que podamos imaginar. Y en estos aparatos, las universidades y centros tecnológicos han desarrollado su tecnología durante los años recientes.
Una vez pasados los mismos, nos encontramos con los ROVS submarinos. Y en la Oceanology están todas las máquinas para trabajar en el lecho marino de forma satisfactoria. A todo nivel de profundidades. Desde los 50 metros de profundidad hasta los 3000. Por lo que los hay de todos los tamaños y funciones. En España, como siempre y en esto de la tecnología robótica. El Instituto Español de Oceanografía, clave. Rodeados de no pocos robots submarinos, nos acordamos de nuestro flamante Liropus2000. Y digo lo de nuestro, porque se trata de última tecnología al servicio de lo público en España. Pertenecen a un Instituto estatal, que en 100 años de historia han realizado importantes descubrimientos de nuestra mar. Y si, el Liropus, puede bajar hasta la impresionante cota de 3000 metros de profundidad, lo cual es una ventaja competitiva importante. Y conversamos tranquilamente sobre este ROV adquirido por el IEO, y que nos dispone en la liga Europea en la materia. De hecho sorprende que a día de hoy, aún no haya participado en ninguna intervención arqueológica en profundidad con estos robots. Y mira que para el estado Español en materia de cultura tenemos interesantes proyectos sobre los que se podría intervenir (localización del Santísima Trinidad de la flota Española que luchó en Trafalgar, estudio del área -diagnóstico y análisis- del yacimiento arqueológico de la fragata Mercedes expoliada o el estudio de las naves naufragadas en la batalla de Lepanto, entre otros muchos). Y sobre estos pecios, sobre estos proyectos, se habla largo y tendido. Tal y como ocurría con los AUVS. Tampoco con este tipo de ROVS tenemos antecedentes de trabajos en profundidad en nuestro país. Si han existido en nuestro entorno. Y como esto es una gran familia que se conocen bien entre ellos, en aquella tarde pudimos recoger los testimonios de tres ingenieros diferentes. Y de nuevo son unánimes; potencialidades hay por todos lados. Y mientras nos detenemos sobre las bondades de estas máquinas y del sentido común. Que no es otra cosa, que es el de utilizar estas máquinas en profundidad, con un objetivo concreto. Sorprende pararse en muchos de los detalles técnicos de las estructuras de estos ROVS. Los resultados que nos aportan.
Y mientras aprendemos sobre el funcionamiento y las posibilidades, salen a la palestra los trabajos especializados del francés Luc Long sobre los pecios etruscos y romanos en las profundidades del Mediterráneo. Y hablando sobre la posibilidad de precisión. Sorprende la sensibilidad de estos vehículos controlados por control remoto. Incluso se puede probar uno. Tan sencillo, como dirigir un jostick. Fascina la sensibilidad de esas pinzas para trabajar con material arqueológico tan frágil, como es la cerámica o el vidrio. Están diseñados para ello. Su autonomía. Su control. La nitidez que generan sus lentes en esas profundidades, en donde siempre reina la oscuridad. Y si tenemos la tecnología en nuestro país, y desde lo público. También merece la pena detenerse en el esforzado y pionero trabajo en nuestro país de algunas empresas y grupo de investigación, que sin lugar a dudas merecerían mayor apoyo. Entre otras cosas por el notable valor añadido que tienen sus propuestas para el futuro. Y desde aquí, desde Londres te acuerdas de tus amigos. Porque lo son. Afables y profesionales, de la empresa sita en Málaga: MarineVisión. Su cercanía, tanto física como personal, ha llevado durante años debatir mucho sobre la cuestión. En su haber. Trabajos de casi todas las características y experiencias en España y en el mundo entero. De nuevo, sorprende que apenas en cuestiones arqueológicas, para lo que dejan bien claro, que es de lo más apropiado. Paradójicamente. Y a pesar de las soluciones que podrían aportar en profundidad. En el mundo de la Universidad, también hay esforzados proyectos que salen hacia adelante. De un lado, el LVS (Laboratorio de vehículos submarinos de la Politécnica de Cartagena). De otro, la universidad de Cantabria. Con su departamento de Ingeniería de la comunicación y los estudios tan importantes para la modernización de software, en el desarrollo de las estructuras de los rovs. Tampoco nos podemos olvidar, de las Universidades de Baleares y Málaga. Una pica en Flandes. Pero al menos una buena pica en un mundo dominado por tecnología, conocimiento y años de experiencia del mundo anglosajón.
Y así. Entre Robots submarinos. AUVS. Gliders. Comunicaciones, conferencias y cafés, pasamos tres magníficos días. Tres días de actualización sobre algunos aspectos tecnológicos y metodológicos, que de buen seguro comparten camino con el mundo de la arqueología. A un mundo que cambia constantemente y en donde la tecnología, es la punta de vanguardia de la Ciencia. Porque no en la mar. Un mundo azul, en el cual la salvaje naturaleza, siempre ha sido dueña y señora. Y así, antes de emprender una travesía, recordar que hubo un tiempo, en el que los hombres. Antes de emprender viaje con sus barcos, veneraban a sus dioses marinos. Elevaban plegarias en términos sencillos y sinceros. Como demuestran las inscripciones arqueológicas que han llegado hasta nosotros. En el caso griego, los llamados euploiai. Pero casi podríamos decir, que estas plegarias han sido elevadas siempre que embarcaba uno en una peligrosa travesía a lo largo de la historia. Los denominados deseos de “buena navegación”, estos famosos ruegos , sentenciaban en sus figuras de arcilla un rotundo; “Danos un feliz viaje”. Con el mismo deseo. Con el de un euploiai. Ojalá la tecnología nos sirva en un futuro, para arrojar luz sobre la oscuridad de las profundidades en las que descansan estos pecios. “Danos una feliz inmersión”. El viaje continúa. Por cierto. ¿Que le hubiese parecido a Julio Verne la Oceanology?…
Otros temas Javier Noriegael