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El pecio de Ribadeo: ¿un galeón mediterráneo?

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Por JOSÉ LUIS CASABÁN

La investigación en archivos es una de las herramientas más útiles para los arqueólogos náuticos que estudian barcos de época moderna. Los archivos proporcionan información clave acerca de estos buques. Además, esta información puede compararse con el registro arqueológico para mejorar el conocimiento sobre un tipo particular de buque, su arquitectura naval, e incluso un suceso histórico en el que este participo ya sea un combate naval o una particular Armada.

Sin embargo, han sido los llamados cazatesoros los que más se han beneficiado de este tipo de información durante décadas. Documentos originales en diversos archivos españoles les ha permitido localizar y expoliar pecios que supuestamente transportaban valiosos cargamentos. Las principales víctimas de esta situación han sido algunos de los famosos galeones españoles de la Carrera de Indias o los galeones de Manila que conectaban Asia y América. Afortunadamente, esta situación ha cambiado desde hace años y cualquier proyecto serio de arqueología subacuática relacionado con pecios de época moderna incluye un exhaustiva investigación en archivos, con el fin de obtener toda la información disponible acerca del mismo e incluso contribuir a su identificación. Por otra parte, igual que algunos pecios son localizados de forma fortuita, lo mismo ocurre en los archivos con importantes documentos relacionados con pecios.

Trabajos en el Galeón de Ribadeo / FOTO: Beñat Eguiluz Miranda (ForSeaDiscovery)

Este podría ser el caso de una serie de documentos del Archivo General de Simancas referentes a la posible identificación del pecio descubierto en Ribadeo, Galicia, en el año 2011. El pecio fue descubierto por el arqueólogo Miguel San Claudio durante los trabajos de control arqueológico del dragado del canal de acceso al puerto de Ribadeo. En 2012 se llevó a cabo un estudio preliminar del pecio con el fin de datarlo y contribuir a su conservación. Los materiales documentados así como las características constructivas de los restos observados permitieron datar el pecio en el siglo XVI. Se tomaron muestras de maderas procedentes de diversas partes del pecio con el fin de identificar los tipos de maderas utilizados en su construcción y su cronología a través de análisis dendrocronológico. Sin embargo, dicho análisis solo permitió identificar las diversas especies de maderas sin proporcionar ningún tipo de datación. Las características del pecio y su cronología hicieron que este se incluyera dentro del proyecto internacional Finisterre Project cuya finalidad es la prospección, documentación y análisis de los diferentes pecios localizados en las costas de Galicia. Los resultados preliminares de la investigación se publicaron en diversos posts en la página web del Institute of Nautical Archaeology (INA) y su revista de divulgación arqueológica INA Quarterly. De la misma forma, se presentó una comunicación acerca del pecio de Ribadeo y otros pecios incluidos dentro del Proyecto Finisterre en el I Congreso de Arqueología Náutica y Subacuática Española celebrado en Cartagena el Museo Nacional de Arqueología Subacuática – ARQVA en Marzo de 2013. Las actas con las diferentes comunicaciones presentadas por los miembros del equipo del Proyecto Finisterre pueden descargarse aquí en formato pdf desde la página web del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

En 2014, durante la investigación que actualmente desarrollo en el Archivo General de Simancas sobre el diseño, construcción, equipamiento e historia de los galeones conocidos como los “Doce Apóstoles”, localicé una serie de documentos que hacían referencia al hundimiento en 1597, en el puerto de Ribadeo, de un galeón llamado Santiago. Los “Doce Apóstoles” eran una nueva serie de galeones construidos en los astilleros del norte de España entre 1589 y 1591, bautizados con los nombres de los apóstoles. Estos barcos gozaron de gran fama mientras estuvieron en activo y formaron parte tanto de la Armada del Mar Océano como de la Armada para la Guarda de la Carrera de Indias. Al mismo tiempo participaron en todas las mayores acciones navales de finales del siglo XVI, la captura del galeón ingles Revenge, e incluso dos de ellos terminaron al servicio de la armada inglesa tras su captura en Cádiz en 1596. Uno de los “Doce Apóstoles” era el Santiago. La documentación disponible acerca del mismo me había permitido deducir que este se había hundido la noche del 28 de Octubre de 1596 cerca de Finisterre debido a una gran tormenta que sorprendió a la Armada del Adelantado de Castilla, Martín de Padilla, cuando tras un cambio de planes en el último momento, se dirigía a Brest. Aquella noche, de acuerdo con diversos documentos, se hundieron más de 25 buques y alrededor de 2,000 personas se ahogaron en las inmediaciones del cabo de Finisterre. En uno de ellos aparece un galeón del rey llamado Santiago cuyas características coincidían con las del “apóstol” Santiago. Todo parecía indicar que los restos de este “apóstol” descansaban cerca de Finisterre.

Trabajos de limpieza sobre el pecio de Ribadeo

Sin embargo, mientras buscaba información acerca de otro “apóstol”, el San Bartolomé y su “naufragio fantasma” en la ría de Viveiro, también en Galicia, fue cuando encontré la referencia al hundimiento de otro galeón de gran tamaño llamado Santiago en Ribadeo en 1597. Llegados a este punto no podía continuar la investigación sin determinar que Santiago era el que se había hundido en Ribadeo. De acuerdo con los documentos, este galeón formaba parte de la Armada de 1597 enviada a invadir Inglaterra y que, nuevamente, una tormenta impidió lograr su objetivo cuando se encontraba a 22 leguas del puerto de Falmouth. La mayoría de los buques de esta Armada consiguieron regresar a los puertos del norte de la Península aunque, según pasaban los días, crecía la preocupación acerca del destino del Santiago y el San Bartolomé.  La situación se volvía mas angustiosa según pasaban los días ya que estos galeones eran dos de los más poderosos buques de la Armada y además trasportaban entre los dos 120,000 escudos para el pago de las tropas. Finalmente, el San Bartolome arribó pasados unos días a la ría de Viveiro donde se refugió pero no naufragó a pesar de que tradicionalmente se ha creido que el galeón reposa en el fondo de la ría. Por lo que respecta al Santiago, este había llegado en compañía de dos urcas al puerto de Ribadeo. El galeón estaba en muy malas condiciones debido a la tormenta y a un combate naval contra un buque inglés y tres flamencos. El galeón terminó perdiendose en el puerto si bien pudieron desembarcar la tripulación, soldados, heridos y enfermos que fueron acogidos por la villa de Ribadeo.

La situación me resultaba confusa ya que este nuevo conjunto de documentos hablaban de un galeón de gran tamaño con el mismo nombre que el “apóstol” pero que se había hundido un año después en un lugar diferentes mientras formaba parte de otra Armada ¿Era esto una coincidencia? Y lo más importante ¿existía una relación entre el Santiago que se hundió en Ribadeo y el pecio de Ribadeo descubierto en 2011? Bueno, no tuve que esperar mucho para responder, al menos, a la primera pregunta. La respuesta estaba en el siguiente legajo de documentos del Archivo General de Simancas. Fue entonces cuando encontré el verdadero nombre del galeón que arribó en noviembre de 1597 a la villa de Ribadeo: el Santiago de Galicia.

Durante los siglos XVI y XVII, los barcos de la corona española se bautizaban tradicionalmente con nombres de santos y vírgenes, como en el caso de los “Doce Apóstoles”, si bien estos nombres se terminaban abreviando o incluso se les aplicaban sobrenombres con los que eran conocidos comúnmente. Además, no era infrecuente de que en una misma escuadra o Armada hubiera buques con el mismo nombre por lo que para diferenciarlos se solía añadir el nombre del propietario al del barco. En otros casos, el barco se denominaba solamente según su función dentro de la Armada, ya fuera la Capitana o la Almiranta.

Construido cerca de Nápoles

De acuerdo con la documentación examinada, el verdadero nombre del galeón hundido en Ribadeo no es otro que el de Santiago de Galicia. Este era un galeón de 1,349 toneladas construido en los astilleros de Castelammare, cerca de Napoles, con las mejores maderas del sur de Italia e incluso Albania, en los primeros años de la última década del siglo XVI. El buque formaba parte de la escuadra de Pedro de Ivella que operaba al servicio de la corona de España. Los documentos del Archivo de Simancas identifican incluso al propietario del dicho galeón como “el capitán Jacome (Jacobo) Juan de Polo nativo de la ciudad de Ragusa (actual Dubrovnik, Croacia) dueño del galeón Santiago de Galicia que se perdió el año de 97 en las costas de Ribadeo.”

Galeón españon, según Durero

La pregunta en estos momentos es ¿existe algún tipo de relación entre el Santiago de Galicia y el pecio descubierto en Ribadeo en 2011? Bueno, sin duda se trata de una hipótesis muy tentadora ya que ambos pecios se datan en el siglo XVI y las dimensiones conservadas de pecio de Ribadeo (32 metros de eslora y 9,38 metros de manga) son compatibles con las del Santiago de Galicia, siempre según con la documentación consultada. En cualquier caso sería irresponsable confirmar cualquier tipo de identidad al pecio de Ribadeo sin haber desarrollado antes una exhaustiva investigación arqueológica del mismo a la vez que se continua la búsqueda de referencias documentales acerca del Santiago de Galicia y otros naufragios contemporáneos en la ría de Ribadeo. Puede que en el futuro incluso el análisis dendrocronológico de las maderas del pecio permita arrojar cierta luz acerca de la identidad del mismo. De lo único que podemos estar seguros en este momento es que en Noviembre del año 1597, un galeón llamado Santiago de Galicia se perdió en Ribadeo mientras que el otro “apóstol” Santiago, todavía descansa bajo las frías aguas del cabo de Finisterre.

 Jose Luis Casabán, MA

PhD Candidate, Nautical Archaeology Program, Texas A&M University

INA Research Associate, Institute of Nautical Archaeology

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