Ángel González Abad el 23 may, 2017 La Fiesta vive en este mes de mayo todo su esplendor en la plaza más importante del mundo. Las Ventas de Madrid se convierte en una manifestación diaria miles de almas congregada en torno a un espectáculo único. Un espectáculo que acaba de recibir un nuevo ataque institucional sin que nadie del entramado taurino -grandes empresarios, figuras del toreo y ganaderos- haya levantado la voz. En Baleares, el tripartito formado por socialistas, Podemos y econacionalistas de MÈS, han lanzado su órdago político contra la Tauromaquia con un proyecto de reglamento que hará inviable la celebración de cualquier festejo taurino. Tras la sentencia del Tribunal Constitucional que revocaba la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, la vía que pueden tomar las administraciones cuyos poderes políticos aboguen por la desaparición de la Fiesta es precisamente la de una regulación disparatada, llena de trabas, ya que ha quedado claro que prohibir taxativamente no es posible. Sin embargo, el proyecto de Baleares no ha provocado ninguna reacción del sector taurino. Otra vez el silencio, otra vez mirar hacia otro lado, como sucedió en Cataluña durante todo el proceso que llevó a la abolición de las corridas de toros. Un silencio al que se opone el grito de libertad de quienes sienten la tauromaquia como algo íntimo, algo unido a su idiosincrasia, una pasión heredada de sus mayores. Los aficionados han mantenido viva la llama de la afición en Cataluña, y son los que están batiéndose el cobre en Baleares ante el nuevo ataque. La temporada taurina transcurre con aparente normalidad. Las Ventas llena es el mejor antídoto contra los ataques, por eso se echa en falta que desde allí, desde el epicentro del toreo, no se haya plantado cara al ataque que se esta perpetrando contra la Fiesta en otra Comunidad. Otra vez la libertad cercenada, otra vez el grito de los aficionados clamando esa libertad perdida, otra vez el silencio del sector. Toros Comentarios Ángel González Abad el 23 may, 2017