Adis, torero! Adis al ltimo mito del clasicismo, al que se lleva en su mechn blanco el toreo de siempre. Uno, que en los setenta no paraba de escuchar a los viejos aficionados sus aoranzas por el mejor toreo, el del medio pecho y las distancias, el de la hondura, el temple, el paso adelante, el poder desde el misterio del temple y el arte, se encontr de bruces con Antoete en el nacer de los ochenta. De Chenel nos llegaba la faena al del Flix Cameno, al toro blanco de Osborne, sus altibajos, la fragilidad de sus huesos, su aura de bohemia castiza... Y de pronto vimos a un seor mayor en Las Ventas con todo ese concepto del toreo soado. Nos topamos con lo imaginado, con lo tantas veces escuchado. Antoete plasm para toda una generacin un toreo mitificado en los recuerdos. No hubo reencuentro, fue un encuentro de ilusin vivir esa magia de manos de un maestro. Maestro porque imparti la leccin del toreo eterno. un decamos ayer... con su media vernica, con su muleta planchada, con ese cite de largo, con el natural profundo, con el resonar de sus trincherazos... Un lujo haberle encontrado, un dolor perderle.