Bieito Rubido el
Vaya por delante que no soy cazador, y difícilmente el arte cinegético puede terminar siendo mi vocación tardía. Ello no me impide entender la pasión de esos cientos de miles de españoles que cada año, en distintas épocas, responden a una llamada, probablemente atávica, de acudir al campo y relacionarse con la naturaleza a través de una de las conexiones…Otros temas