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Los jugadores, los verdaderos protagonistas

Los jugadores, los verdaderos protagonistas
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Este año hemos conocido mejor a casi todos los actores de los Juegos Deportivos de Escuelas Católica de Madrid (ECM), entrenadores, coordinadores de deportes, árbitros e informadores de árbitros, pero no nos olvidemos de que los jugadores son los verdaderos protagonistas.

Por ello hoy, a modo de representante de los casi 11000 deportistas que compiten en ECM; porque ha jugado muchos años; porque ya termina su etapa como juvenil; porque ha sabido compaginar de manera impecable estudios y práctica deportiva; y porque ha vivido durante estas últimas temporadas situaciones agrias y dulces en el mundo del deporte, queremos conocer más de cerca a José Campuzano Pérez, jugador de futsal de Ntra. Sra. De la Merced de Tres Cantos, para que sea él quien nos cuente cómo percibe y siente el deporte escolar y la vida un alumno en su tránsito de niño a joven.

¿Cuándo empezaste a estudiar en un “cole” católico y cuándo comenzaste a jugar en un equipo de tu centro?

Empecé a estudiar en 3º de Infantil y llevo jugando desde 1º de Primaria

¿Crees que el escolarizarte en un colegio de ECM fue un acierto de tus padres o un error y por qué?

Sin lugar a dudas, un acierto. Porque mi colegio ha sido un espacio ideal para desarrollarme y crecer, tanto en lo académico como en lo personal. La educación en valores que me han proporcionado a lo largo de estos años tiene un valor incalculable, que no perece y que configura la identidad de todos los que somos partícipes de este proyecto. Ha sido un lugar en el que potenciar mis capacidades, en el que se me ha dado libertad para ser quien soy y donde he podido cultivar amistades que me acompañarán toda la vida. La oportunidad de recorrer todo el camino hasta la universidad de la mano de los mismos profesores y de los mismos compañeros, o pasar tantos años y tantos momentos en el mismo lugar, son factores que hacen que el colegio ocupe un lugar muy especial en el corazón de los estudiantes.

¿La práctica deportiva en el marco colegial crees que es igual, mejor o peor que en un marco como pueda ser el federativo o el municipal y por qué?

Yo he tenido la oportunidad de experimentar el deporte en todas esas modalidades y, partiendo de la base de que todas tienen sus virtudes y sus defectos, me quedaría con la colegial. El deporte escolar, en mi opinión, te permite desarrollar un sentido de pertenencia a tu club que yo no he sido capaz de encontrar en ningún otro lugar. Te habilita para establecer un vínculo muy fuerte con tus compañeros de equipo, que se fragua desde prebenjamines y que se prolonga hasta aficionado. Son muchas experiencias tanto dentro como fuera del campo con las mismas personas: en clase, en los pasillos, cada entrenamiento. Es más que un equipo de fútbol, es un grupo de amigos que se siente partícipe de un proyecto académico y deportivo común. Además, en la competición se respira un ambiente muy familiar. Los árbitros te conocen porque te han visto crecer, juegas en los mismos campos en los que diste tus primeros pasos como jugador. Mi experiencia como jugador de Escuelas Católicas es muy positiva.

¿Cuáles han sido los momentos más bonitos que recuerdas de tu etapa deportiva y cuáles los momentos más duros?

Lo mejor es levantarte cada sábado con la ilusión de competir, de superarte, de dar lo mejor de ti y de trabajar para el equipo. Por supuesto, ganar es clave, pero es esa concentración, esa tensión previa, esas rutinas cultivadas durante tantos años y las ganas de competir las que hacen del deporte una adicción. Y, sin duda, los momentos más duros son las lesiones. Este año ha sido agridulce en lo personal. En el primer partido del año me rompí el ligamento cruzado anterior y no he podido competir en toda la temporada. Sin embargo, el equipo ha hecho un trabajo excepcional, hemos crecido una barbaridad y hemos completado una temporada fantástica. En todo momento me he sentido arropado por todos mis compañeros y los entrenadores, que me han hecho sentir partícipe, aunque sea desde la banda, de los éxitos de un equipo que es un ejemplo de superación y de los valores del deporte. Es un orgullo formar parte de esta familia.

¿Crees que el hacer deporte, compitiendo, ha configurado tu personalidad y tu forma de afrontar los éxitos y los fracasos o no ha servido para nada en ese aspecto?

Mucha gente considera que ser competitivo es un defecto, pero yo creo que es ese motor que te mueve y te anima a mejorar, a demostrar tu valía, a pulir tus deficiencias. Porque en el deporte no solo compites con el otro equipo, sino contigo mismo, con tus límites y defectos. Por eso la competición te hace mejor, porque te exige siempre el máximo y no deja espacio para la autocomplacencia. Trasladar esa cultura de esfuerzo y superación a la vida diaria te permite relativizar el éxito y el fracaso, te permite desarrollar un carácter más templado que hace que no te rijas por la euforia o la desesperanza. Descubres que es en dar el máximo y en no dejarte nada dentro donde está el verdadero triunfo.

¿Qué sentiste cuando comenzaste a entrenar y jugar de pequeño y en qué has cambiado ahora que ya eres juvenil de tercer año?

De pequeño te fijas mucho en los jugadores que ves por televisión, intentas sus regates o copias sus celebraciones; en el fondo, tienes la aspiración de ser tú el protagonista en el futuro. Recuerdo esos tiempos en los que cada vez que perdía me iba muy enfadado a casa y me duraba todo el fin de semana. Conforme vas creciendo aprendes a relativizar más las cosas y a disfrutar más de cada detalle.

¿Practicas otros deportes además del futsal?¿Si te gusta el fútbol, cuál es tu equipo favorito?

Yo juego al fútbol sala y al pádel. Ocasionalmente, juego al baloncesto. Ahora, para recuperar la rodilla, salgo mucho a correr. Lo cierto es que me encanta el deporte y, por supuesto, me gusta el fútbol. Mi equipo favorito es el Real Madrid, en eso no hay duda.

¿Qué deportes te gusta presenciar como espectador? Dime si lo haces en directo o por TV y si lo que tú haces es lo acostumbrado entre los chicos y chicas de tu generación.

Como espectador, la verdad es que sigo de todo. Veo mucho fútbol, de cualquier liga: española, inglesa, alemana,… También baloncesto, tenis, los campeonatos de selecciones de balonmano, un poco de todo, la mayoría de veces por televisión. Sin embargo, creo que es algo cada vez más excepcional entre los jóvenes. Mi percepción es que las nuevas generaciones han sustituido el deporte por otras aficiones, como los videojuegos o las redes sociales, lo que, pese a no ser incompatible, me parece preocupante.

Como no todo es deporte y deporte me gustaría saber si te gusta leer. ¿Cuál es tu libro favorito de los que has leído hasta ahora y que no hayas tenido que hacerlo por obligación académica?

Sí, aunque como estudio una carrera que me exige leer constantemente, leo menos por ocio de lo que me gustaría durante el período académico. De los últimos que he leído, uno me gustó bastante fue Darkest hour, de Anthony McCarten. Es una biografía sobre Winston Churchill en la que se pone el foco, especialmente, en su crucial papel en el transcurso de la II Guerra Mundial. Ahora estoy leyendo What money can´t buy, de Michael Sandel. Me gusta leer un poco de todo.

¿Qué haces en el presente a nivel académico y qué crees que te deparará el futuro profesional?

Estudio Derecho y ADE en la UAM. Y respecto al futuro profesional, es una incógnita. Por eso, considero esencial elegir aquello que te guste, que despierte tu interés y que te haga disfrutar, porque nadie sabe qué deparará el futuro.

¿Piensas que los jóvenes de hoy en día estáis más preparados que lo estaban los de la generación de tus padres (70′)?¿Tanto si es sí, como si es no la respuesta, en que te basas para afirmarlo?

Creo que somos diferentes. Las nuevas generaciones quizás tenemos una visión más internacional. No somos reticentes a trabajar fuera de España y creo que tenemos más soltura para expresarnos en otros idiomas. Somos más extrovertidos y, quizás, más atrevidos. Sin embargo, considero que somos una generación en la que no hay demasiada claridad de ideas, que espera siempre resultados inmediatos, que se aburre con facilidad y que no admite procesos largos. Somos una generación que ha crecido con un mundo de posibilidades al alcance de un “click”, lo que ha llevado a que la paciencia no sea una de nuestras grandes virtudes. Por ejemplo, en mi entorno más cercano, muchos familiares, amigos o compañeros han dejado la carrera a los pocos meses de empezar, sin esperar siquiera un cuatrimestre. Creo que tenemos una concepción de las cosas y de las relaciones personales de usar y tirar. Por todo ello, creo que somos una generación con un enorme potencial que no creo que se termine de explotar por no tener unos valores firmes y unas líneas maestras que guíen nuestras actuaciones.

¿Sigues la información de actualidad, las noticias?¿Cómo, mediante periódicos en papel, digitales, foros, redes sociales…?

Me gusta leer la prensa desde pequeño. Recuerdo cuando de niño iba con mi abuelo a comprar el periódico en verano. Leo los periódicos nacionales e internacionales y, fundamentalmente, en formato digital.

¿Qué te inquieta más de todos los temas de actualidad, el paro, la desigualdad social, la unidad de España, la pobreza infantil, la sostenibilidad del planeta, etc.?

Me preocupa bastante la educación. Una ciudadanía culta es garantía de políticos con ética, de leyes justas y de un país próspero. Es más fácil solucionar los problemas si se nos dota de los mecanismos necesarios para hacerlo.

¿Basándote en tu experiencia vital sabes ya cuál es la cualidad que más valoras en una persona?

Valoro el esfuerzo, el dar el máximo de lo que uno tiene. Valoro a la gente que asume la responsabilidad de sus actos y que no se deja llevar por excusas.

Y, por último: ¿Cuál es el defecto que más detestas en los seres humanos?

La indolencia y la incongruencia.

Visto así, sinceramente, me quedo con la ilusión de que esta imagen que nos traslada José sea la de la mayoría de los jóvenes de su edad, que realmente lo de la evolución de la especie de Darwin no sea una falacia, en el caso de los humanos, y que todos los errores que cometieron nuestros mayores y los que cometemos los adultos actuales los minimicen los alumnos de Escuelas Católicas de Madrid, haciéndolo en gran parte por haber recibido una educación de calidad basada en la equidad y la libertad.

Javier Esteban Salcedo

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