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Frankenweenie, el inicio de la ciencia ficción en 3D

Pilar Quijada el

Hoy se estrena Frankennwinie, el nuevo largometraje de animación en 3D rodado con la novedosa técnica ‘stop-motion’ (fotograma a fotograma) del director Tim Burton, en la que Victor, el joven protagonista, intenta devolver la vida a su perro Sparky inspirado por lo que ha aprendido en la clase de Ciencias. Basada en el mito de Frankenstein, esta divertida aventura hace pensar sobre temas de actualidad en la ciencia, como la ética de algunos experimentos, que era la intención de la creadora del personaje, Mary Shelley.

Una moderna versión de Frankenstein en 3D, que cuenta la historia de Víctor, una adolescente que pierde a su querido perro Saprarky. Sumido en su tristeza, tiene una idea durante la clase de ciencias, donde le explican el descubrimiento de Luigi Galvani, un médico italiano que comprobó que aplicando electricidad a la pata de un rana muerta, ésta se movía.

La primera en utilizar esta idea fue la escritora Mary Shelley, que en 1918 publicó la novela “Frankenstein, o el mito de prometeo“. En ella cuenta el empeño del físico Víctor Frankenstein, que en busca del secreto de la vida, en crea un nuevo ser con partes de otros seres humanos. No hizo más que recoger la inquietud que despertaban las investigaciones del médico Italiano Luigi Galvani, sobre la posibilidad de revivir cadáveres con electricidad. Se cuenta que él mismo hizo espectaculares experimentos ante asombrados espectadores que veían cómo un cadáver se movía cuando le aplicaba una corriente eléctrica.

Galvani no iba muy desencaminado, hoy se utiliza electricidad para reanimar a las personas que han sufrido un paro cardiaco. Y Mary Shelley tammpoco: los transplantes de órganos, de piernas y brazos e incluso de cara, son la muestra de que pueden reponerse partes dañadas de un organismo con “piezas” de otras personas fallecidas.

Considerada la primera novela de ciencia ficción, la historia que narró Shelley ha sido llevada al cine en varias ocasiones, la primera de ellas en 1910. Un siglo después, la tecnología 3D ha sido la última en resucitar a este personaje, ahora encarnado por un perro, recompuesto después de ser atropellado y devuelvo a la vida por Víctor, un estudiante que aplica lo que su profesor explica en clase. El problema surge cuando el resto de sus compañeros intentan imitarle, y el pequeño pueblo donde viven se convierte en la noche de los muertos vivientes.

Sin duda los que os acerquéis a verla aprovechando este puente pasareis un rato divertido. Aquí tienes un adelanto.

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