Durante la cuarentena hemos tenido la oportunidad de conocer a través de diferentes entrevistas a algunas de las personas que están ligadas y que hacen posible la disputa de los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid: árbitros, organizadores, coordinadores, entrenadores, informadores… Hoy, ponemos la lupa en la parte fundamental de la competición: los deportistas. Uno de ellos, Carlos Báez, jugador del cadete de fútbol sala de Jesús María, nos cuenta sus impresiones sobre este final de temporada tan atípico y sus ilusiones para el futuro.
A sus 15 años, Carlos disfruta del deporte escolar junto a sus amigos del colegio Jesús María, una actividad que, como tantas otras, se vio interrumpida por la crisis sanitaria del coronavirus. A partir de ese momento empezó una nueva rutina para Carlos, ya que como tantos otros niños, adolescentes y jóvenes, tuvieron que adaptarse a estudiar desde casa. “En nuestro colegio intentaron mantener todo igual”, cuenta Carlos, alumno de 3º de ESO. “Tocó estudiar mucho, hacer deporte en casa, entretenernos con el móvil y las consolas, pasar tiempo con mi hermano”, relata.
Carlos cuenta que pese al confinamiento, el deporte siguió estando presente en su día a día. “Los profesores nos mandaban entrenamientos, hacíamos las clases de Educación Física en casa, con flexiones, abdominales… Intentando que todo fuera normal”, explica. Y es que para él, el deporte es algo esencial en su vida desde hace muchos años. “Llevo jugando al fútbol sala desde prebenjamín en el colegio, es mi noveno año”, cuenta. “Me gusta mucho el fútbol y el fútbol sala, juego con mis amigos y además llevamos cuatro años con el mismo entrenador, eso me motiva y me da confianza”, expresa Carlos Báez.
Pese a su larga trayectoria como deportista en los Juegos Deportivos de ECM, su mejor recuerdo en la competición es bastante reciente. “El año pasado llegamos a la última jornada con opciones de ser segundos, nos jugábamos el segundo puesto contra los rivales directos y les ganamos”, cuenta. La racha del equipo de Jesús María se mantuvo este año ya en la categoría cadete, ya que el equipo de Carlos logró una primera fase sobresaliente. “Pensábamos que iba a ir peor, pero en la primera fase ganamos todos los partidos menos uno. En la segunda fase estábamos bien hasta que se paró todo, pero confiábamos en poder acabar en los puestos de arriba”, explica Carlos.
Nuestro protagonista está ya pensando en la próxima temporada. “Llevo desde el 10 de marzo sin tocar un balón, por lo que hay muchas ganas. Se echa de menos”, confiesa. El año que viene Carlos y sus compañeros serán cadetes de segundo año, lo cual les anima aún más a intentar hacerlo lo mejor posible. “Seremos más mayores, intentaremos aprovechar la superioridad”, cuenta.
Por último, aunque son muchos los adolescentes y jóvenes que logran compaginar el deporte y los estudios, Carlos explica cómo el deporte para él se ha convertido en algo esencial de su rutina. “Intento hacer deporte y estudiar. En época de exámenes me ayuda a desconectar el poder estar con mis amigos jugando, además nuestro entrenador lo tiene en cuenta y eso se agradece”, explica Carlos, que también deja un mensaje para animar a otros chicos y chicas a hacer deporte. “Es algo vital, no solo para los momentos de estrés, sino para desconectar, mejorar la salud, estar con amigos, pasarlo bien… No le veo ningún inconveniente”, afirma.
Iván Hernández
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