Los locales se impusieron por una mínima diferencia

Texto: Javier Esteban / Fotos: Belén Díaz

La decimoséptima jornada de los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM) ofreció un bonito espectáculo a los aficionados que presenciaron los dos partidos destacados. El primero, el de baloncesto infantil masculino entre Santa Francisca Javier Cabrini y Sagrada Familia de Oberón “A” (SAFA”A”). el partido de futsal benjamín mixto entre Bristol “B” y Nuestra Señora de Loreto de Príncipe de Vergara (PV) “B”. En ambos casos, los locales ganaron por la mínima.

El primero, el de baloncesto infantil masculino entre Santa Francisca Javier Cabrini y Sagrada Familia de Oberón “A” (SAFA”A”), cumplió con el guión preestablecido, ya que se presumía ajustado y así fue. El primer cuarto fue para los visitantes por 5 a 8, el segundo para los locales por 17 a 16, el tercero concluyó con un empate a 25 y el resultado final, que se decidió en los últimos tres minutos, fue de 32 a 25 para Cabrini. 

Ambos equipos mostraron unas defensas zonales muy férreas que llegaron en algún momento a rozar la dureza, pero los roces se quedaron en la pista, ya que los jugadores y entrenadores eran conscientes de lo que se jugaban y fueron capaces de demostrar que la contundencia no está reñida con la deportividad. Tanto ímpetu defensivo dio con Marco Bravo (Cabrini) y con Jorge Chulilla en el banquillo antes de tiempo por acumulación de cinco faltas cada uno.  

Por tanto, igualdad en todo, en la defensa y en el marcador, pero con un único elemento diferenciador. Los locales se repartieron la consecución de canastas entre casi todo el equipo, mientras que la fuerza ofensiva de SAFA “A” estuvo basada en la capacidad anotadora de Guillermo Gallardo. Este anotó once puntos de los veinticinco de su colegio y por ello, a pesar de la derrota, fue el MVP del partido.

 

Futsal benjamín mixto

El guión de la igualdad continuó en el partido de futsal benjamín mixto entre Bristol “B” y Nuestra Señora de Loreto de Príncipe de Vergara (PV) “B”. Este también fue tremendamente equilibrado, aunque bien es cierto que el dominio del balón corrió siempre a cargo de los del Bristol y al final, de tanto ir el cántaro a la fuente, se llevó la victoria por un ajustado 1 a 0.

Las oportunidades más claras fueron para los delanteros locales, quienes asediaron la portería de Juan Carlos Roldán de principio a fin, consiguiendo batirle en una única ocasión. El buen hacer en defensa de Loreto y el repertorio de paradas del cancerbero, en el uno contra uno, en el tiro lejano, con las manos y con los pies, fueron las claves de que el partido no se lo llevasen los locales con un marcador más abultado.

 Tanto es así, que, al igual que ocurrió en el partido de baloncesto, fue un miembro del equipo perdedor el que se convirtió en el MVP, ya que con sus intervenciones otorgó desde la meta la tranquilidad que tanto necesitan los equipos de futsal. Juan Carlos Roldán emuló al portero que tantas veces ha sido determinante para los éxitos de la Selección Española, Luis Amado.