Sandra Serrano
Con la finalización de las navidades y el paso de los Reyes Magos, llega la anhelada cuarta jornada de los XXVI Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid. Debido a la brevedad del primer trimestre en cuanto a las festividades, sólo se pudieron completar tres jornadas; es decir, el arranque de la competición fue más bien un aperitivo comparado con las ocho jornadas previstas para este segundo trimestre escolar.
Por lo tanto, es el momento de aprovechar los nuevos aires del 2015 y sacar fuerzas para continuar la racha positiva si la hubo o dar rienda suelta a las nuevas energías e intentar dar un cambio a la clasificación si, por el contrario, no se empezó con buen pie. Basta con recordar las palabras del alemán Michael Schumacher, el “Káiser”, siete veces campeón del mundo de Fórmula 1: “Lo importante no es cómo se empieza, sino cómo se acaba”.
Nuestra crónica de este fin de semana se centra, fundamentalmente, en voleibol. Para ello, nuestro reportero se dirigirá, en primer lugar, a la calle Juan Álvarez Mendizábal, 82, emplazamiento del colegio Sagrados Corazones, cerquita del Parque del Oeste con uno de los tesoros florales más bellos de la capital, su “Rosaleda”. El equipo local cadete femenino se enfrentará, bien tempranito por la mañana, a las 9 horas al equipo visitante, Saint Louis des Français, líder del segundo grupo. Las cadetes de Sagrados tienen, este sábado, una oportunidad para ascender en la tabla; con un partido menos, una victoria y una derrota, ésta podría ser la ocasión perfecta de remontar el vuelo en terreno conocido.
Más tarde, a las 11, tendrá lugar el siguiente encuentro (categoría infantil femenino) en la calle Joaquín Costa, 21, localización del colegio Nuestra Señora de las Maravillas y de su famoso polideportivo construido en 1962, objeto de estudio por los estudiantes de arquitectura por ser una de las mayores construcciones arquitectónicas de Madrid.
El partido será difícil para el equipo local, con menos fortuna que el visitante, se enfrenta al equipo líder del grupo, Nuestra Señora Nieves “A”, con tres victorias consecutivas. Aún así, nunca se sabe, quizá también podría ser un ejemplo de cómo un pez pequeño engaña a un tiburón.